Carlos Sánchez Berzaín entrevistado por «Víctor Andrés Ponce» en «El Montonero»: El triunfo electoral de Daniel Noboa en Ecuador representa un hito trascendental para la región latinoamericana, marcando una victoria de la democracia frente al castrochavismo representado por el correísmo. Esta elección no solo ha significado un rechazo popular al modelo autoritario y al narcoestado instaurado por Rafael Correa, sino también una esperanza renovada para pueblos como el de Bolivia, Perú y Chile. La segunda vuelta en Ecuador fue una contienda entre la libertad ciudadana y el crimen organizado, con el objetivo de retomar el poder político para garantizar impunidad.
En el caso boliviano, la situación es profundamente alarmante. Bolivia avanza hacia unas elecciones generales en agosto con un país sin dólares, sin gasolina, y bajo el peso de una dictadura institucionalizada. Sánchez Berzaín denuncia que el Estado Plurinacional —impuesto por Evo Morales— ha destruido la legalidad, eliminado el voto universal, y transformado el sistema judicial en una herramienta de persecución política. Bolivia tiene actualmente más de 300 presos políticos y 10.000 exiliados. La economía, antes impulsada por el gas y exportaciones no tradicionales, está devastada. La oposición real es perseguida, mientras que la funcional sirve a la dictadura.
Chile, por otro lado, muestra una dinámica distinta. Pese a un inicio paradictatorial del gobierno de Gabriel Boric, el país conserva su institucionalidad y se prepara para elecciones democráticas con una clara confrontación entre libertad y autoritarismo. Boric ha debido ceder a la presión ciudadana y tomar medidas firmes contra el crimen organizado. A diferencia de Bolivia, en Chile aún existe un padrón limpio, jueces independientes y respeto al estado de derecho.
Honduras, en cambio, presenta señales preocupantes. La presidenta Xiomara Castro ha acercado a su país a los regímenes de Cuba y Venezuela, desactivando incluso el tratado de extradición con Estados Unidos. A pocos meses de las elecciones, ya hay denuncias de persecución a potenciales candidatos opositores, incluido un general que comandó al ejército durante la salida constitucional del expresidente Zelaya. Según Berzaín, Honduras se ha convertido también en un narcoestado y su futuro democrático está en riesgo.
La administración Trump, con su política de firmeza, está desmontando los mecanismos operativos del castrochavismo. Con acciones concretas contra el narcotráfico y la migración forzada, Estados Unidos y otros gobiernos democráticos de la región están devolviendo el sentido a la lucha por la libertad. Ecuador se presenta como ejemplo de recuperación democrática, y si América Latina logra consolidar esta tendencia, las dictaduras del siglo XXI —Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia— podrían tener los días contados. El reto está en que los pueblos logren distinguir entre la oposición real y la funcional, y actúen en consecuencia para recuperar su libertad.