Trump 47: ¿El Fin de las Dictaduras en las Américas?

Carlos Sánchez Berzaín entrevistado por Luis Galeano en «café con Voz»: La llegada del presidente Trump 47 de Estados Unidos marca un momento crucial para el continente americano. Su administración deberá enfrentar la situación de las Américas con las dictaduras del socialismo del siglo XXI que, lideradas por Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, han causado crisis sociales, económicas y migratorias. Estas dictaduras enfrentan un agotamiento profundo, con repudio popular que supera el 80% y economías colapsadas, lo que abre la oportunidad histórica para devolver la libertad y democracia a las Américas.

La gestión de Trump se desarrolla en un contexto de adversidad, persecución política, pero con un masivo apoyo popular. A esto se suma la crisis interna de Estados Unidos, agravada por problemas como la migración forzada, el tráfico de drogas y el crimen organizado, todos vinculados a los regímenes dictatoriales de la región. Con una clara identificación de estos enemigos, el gobierno de Trump 47 debe implementar políticas decisivas, como el fortalecimiento de la frontera sur y la designación de líderes experimentados como Marco Rubio en el Departamento de Estado.

El panorama actual evidencia el colapso de la narrativa revolucionaria en América Latina. Las generaciones más jóvenes, incluso en países históricamente alineados con estas ideologías, claman por libertad y oportunidades. La migración masiva desde Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia no solo refleja el miedo y la opresión bajo estos regímenes, sino también una estrategia de las dictaduras para desestabilizar a Estados Unidos mediante flujos migratorios organizados y permeados de elementos criminales.

En este momento histórico, la administración Trump tiene la posibilidad de liderar el renacimiento democrático en las Américas. La erradicación de las dictaduras no solo traerá estabilidad política y social, sino que permitirá el desarrollo económico basado en la libre iniciativa, la propiedad privada y la educación de calidad. Este legado, si se concreta, consolidará un continente más libre y próspero, y fortalecerá la seguridad y los valores democráticos de Estados Unidos y sus aliados.