Conferencia de Carlos Sánchez Berzaín: LA DEMOCRACIA EN LAS AMÉRICAS ¿GOLPE DE ESTADO O AUTOGOLPE EN BOLIVIA?
Evento organizado por el Colegio de Politólogos de Cochabamba – Diálogo La Red Educativa. Julio 5, 2024.
Conducen:
Lic. Marcelo Arebalo H.
Lic. Helder Flores C.
El 11 de Septiembre de 2001 los países de las Américas instituyeron en Lima-Perú el “tratado constitutivo” que consagra que “los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla” y que “la democracia es esencial para el desarrollo social, político y económico de los pueblos”.
La Carta Democrática Interamericana es un “tratado constitutivo” obligatorio para todos los Estados Miembros, no es una declaración de intenciones y menos un instrumento de cumplimiento voluntario u optativo, es mandatorio. Entre las obligaciones que determina están los elementos esenciales de la democracia: “el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos”.
Chávez en la Presidencia de Venezuela tiene como acción inmediata su alianza con Fidel Castro que produjo la recreación del castrismo bajo nombres de movimiento bolivariano, alba o socialismo del siglo XXI, hoy señalado como «castrochavismo». El siglo XXI en Latinoamérica está marcado por el destrozo de la democracia, la violación de derechos humanos, el establecimiento de dictaduras, la corrupción, los narcoestados, presos y exiliados políticos, crisis económicas de los países controlados por el castrochavismo, ruina institucional y más, hasta llegar a la crisis humanitaria de Venezuela.
La realidad objetiva está mostrando que los territorios de los países controlados por las dictaduras castrochavistas han sido convertidos en plataformas de Corea del Norte y de Irán en las Américas con consecuencias imprevisibles.
El mundo fue sorprendido este 26 de junio con un anuncio de “golpe de estado” en Bolivia, que duró unas horas y que terminó con el supuesto golpista declarando que había “cumplido el pedido del presidente Luis Arce”. Un gobierno controlado por el socialismo del siglo 21, con más de 300 presos políticos, con crisis económica, social y política, señalado como narcoestado y sin ningún elemento esencial de la democracia, logró que la prensa y los gobernantes del mundo “defiendan la democracia boliviana” y apoyen a su presidente. Esta puesta en escena ya repudiada por el pueblo boliviano urge una investigación internacional independiente.
Los hechos del miércoles 26 de junio en Bolivia -difundidos como “golpe de Estado”- se han aclarado rápidamente como una escenificación de las que realiza el socialismo del siglo 21 o castrochavismo en los países que controla con sus dictaduras. Farsas de alto contenido criminal destinadas a mantenerse detentando el poder infundiendo miedo en la población, usadas ya en Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia, que se presentan ahora como con libreto de golpe y que son solo la repetición de “terrorismo de Estado” que no puede quedar impune.
El marco de referencia en que estos hechos suceden es el de una gran y creciente crisis económica en Bolivia: han desaparecido los dólares que son reclamados por la ciudadanía que paga ahora hasta más del 30% del valor oficial en el mercado negro y subiendo; no hay provisión de gasolina ni de diésel; las reservas internacionales son casi nulas; el gobierno está echando mano a la malversación de los fondos privados de pensiones de jubilación que son propiedad privada de los bolivianos; no hay inversión externa privada; se produce el entreguismo de los recursos naturales de litio, uranio, oro y otros a Rusia, China e Irán; los precios de la canasta familiar suben; y no se conoce con exactitud el total de la deuda externa que, con la deuda interna, posiblemente superan el PIB.
Políticamente -además de los presos y exiliados políticos, la concentración total del poder y la inexistencia de estado de derecho- la crisis que se expresa en la disputa cada vez más publicitada entre Luis Arce y Evo Morales, que pelean por cuál de los dos será el candidato en las elecciones presidenciales de 2025. Morales y Arce han sido varias veces llamados y reunidos en La Habana y en Caracas (con diversos pretextos) para avenirse y cesar este conflicto sin resultados aparentes, pero las agresiones no han impedido que Arce garantice la impunidad de Evo Morales, acusado desde pedofilia hasta narcotráfico, corrupción, masacres sangrientas, falsificaciones y más.