Las dictaduras del socialismo del siglo 21 no quieren la paz en Ucrania ni en el mundo

Carlos Sánchez Berzaín
16 de junio de 2024

(Infobae.com) La situación de la invasión de Rusia a Ucrania señala la urgencia que el sistema internacional para el mantenimiento de la paz y seguridad funcione, pero el grupo de dictaduras integradas por China, Irán, las castrochavistas de las Américas, de África y los gobiernos para dictatoriales lo impiden. Las dictaduras del socialismo del siglo 21 -Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua-, subordinadas a Rusia, China e Irán, ahora son parte confesa de los crímenes contra la paz y han ratificado que su camino es el de la violencia y el terrorismo.

La invasión de Rusia a Ucrania dio inicio a “La Primera Guerra Global” que defino como “el conflicto generalizado que compromete a todos los Estados pero en el que la confrontación armada está limitada a áreas y entre partes específicas, en el que no hay neutralidad y del que ningún estado está excluido”. En este escenario solo existen dos partes, la del agresor que viola el derecho internacional y perpetra flagrantemente crímenes contra la paz y la humanidad, y la del agredido o víctima que constituye el freno estratégico y territorial a futuras invasiones.

La globalización es “un proceso económico, social, político, tecnológico y cultural a escala planetaria, caracterizado por una progresiva integración e interacción entre los países, las personas y las instituciones”, que junto con el capitalismo definen la naturaleza del mundo actual.

El mundo del siglo XXI es capitalista y globalizado y la interacción de estados, instituciones y personas se desarrolla en ese marco. En este siglo no está en discusión la naturaleza o el “qué” es el mundo, como sucedía por ejemplo en la Guerra Fría donde disputaban el comunismo con el capitalismo; la disputa de nuestro tiempo consiste en “cómo” se gestiona, administra o gobierna un país en que como parte del mundo forma parte de la globalización y es capitalista. Las alternativas son las que han marcado la historia de la humanidad: libertad con respeto a los derechos humanos o concentración del poder a costa de los derechos humanos, que se expresan en democracia o dictadura.

La guerra global es una consecuencia de la globalización y por su naturaleza no excluye a nadie. En la guerra global puede no haber participación armada directa en el conflicto, pero no hay imparcialidad porque todos los estados participan económica, política, tecnológica, comercial, cultural y/o socialmente. En el globalizado siglo XXI la neutralidad es solo teórica y si se da será siempre imperfecta.

La invasión de Rusia a Ucrania fue el único frente activo de la guerra global hasta el ataque terrorista de Hamas contra Israel que forzó la apertura del frente en Gaza, y hay un eventual tercer foco operado por los Hutíes con respaldo de Irán en el Mar Rojo y el Canal de Suez. En todas estas expresiones de la guerra global el posicionamiento de los gobiernos es el mismo: las dictaduras y sus gobiernos para dictatoriales o satélites apoyan el crimen y las democracias a la defensiva tratan que el sistema internacional funcione.

No es casual que los gobiernos no democráticos expresen alianza contra Ucrania y contra Israel, es natural porque la misma ya existía antes del inicio de la guerra. China, Rusia, Irán son dictaduras bajo diverso tipo de presentaciones o narrativas: China como comunismo con partido único, Rusia con nacionalismo y electoralismo, Irán con imposición teocrática, y todos violando los derechos humanos, concentrando el poder indefinidamente con impunidad, han anulado el concepto de estado de derecho y gobiernan con el “terrorismo de Estado” como mecanismo fundamental. No hay diferencia ni de objetivo ni de métodos con las dictaduras de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, pero además los une el enemigo común que es el temor a rendir cuentas y responder por sus crímenes.

La Cumbre por la Paz en Ucrania realizada en Suiza ha confirmado la configuración de la “Primera Guerra Global”: no asistieron las dictaduras de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua; de los gobiernos para dictatoriales no asistió Petro de Colombia, y los de México con López Obrador y Brasil con Lula no firmaron la declaración que expresa consenso en “seguridad nuclear y de tránsito marítimo y liberación de prisioneros de guerra”.

Está ratificado que las dictaduras del socialismo del siglo 21 y sus gobiernos para dictatoriales, bajo mando de Cuba sobre Venezuela, Bolivia y Nicaragua no quieren la paz en Ucrania como no la quieren en Gaza y como no respaldan ni la “seguridad nuclear ni la seguridad de tránsito marítimo”, expresando su posición sobre el terrorismo Hutí en el mar Rojo y el Canal de Suez.

Las dictaduras de las Américas tienen como único capital interno el terrorismo de Estado y como política exterior las amenazas a la paz y seguridad internacionales y a la estabilidad interna de los países democráticos.

*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy

 

Publicado en infobae.com domingo 16 de junio de 2024