23 de febrero de 2024
(Diario Las Américas) Carlos Sánchez Berzain dice que el ataque a las avionetas de Hermanos al Rescate “consagra la criminalidad de la delincuencia organizada trasnacional de Cuba».
El 24 de febrero se cumplen 28 años del derribo de dos avionetas de la organización Hermanos al Rescate (HAR) por parte de las fuerzas aéreas cubanas. Esta organización humanitaria fue creada en 1991 para ubicar y asistir a balseros que circulaban por el estrecho de la Florida tras huir del régimen de Fidel Castro: estaba integrada por un grupo de pilotos civiles, algunos exiliados, otros cubanoamericanos nacidos en Estados Unidos.
El día de los hechos, dos de los aviones Cessna 337 de los HAR partieron del Aeropuerto de Opa Locka, en el Sur de la Florida. Antes de despegar, los aviones notificaron sus planes de vuelo a los controladores de tráfico aéreo de Miami y de La Habana. Su destino era el sur del paralelo 24.
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) determinó que la primera de las aeronaves se hallaba a 18 millas y la segunda a 30.5 millas de las costas cubanas.
“Los hechos ocurrieron el 24 de febrero de 1996 a las 15:21 y 15:27 horas, respectivamente, y en espacio aéreo internacional. Los misiles aire-aire disparados por el MIG-29 desintegraron las avionetas civiles, dando muerte instantáneamente a Armando Alejandre Jr., de 45 años; Carlos Alberto Costa, de 29 años; Mario Manuel de la Peña, de 24 años; y Pablo Morales, de 29 años”, registró la OACI.
La organización reportó que sólo una gran capa de aceite marcó el punto donde cayeron los aviones: “La Fuerza Aérea Cubana nunca notificó ni advirtió a las avionetas civiles, no intentó utilizar otros métodos de interceptación y nunca les dio la oportunidad de aterrizar”.
Ese día también volaba una tercera avioneta que logró evadirse después de una persecución aérea de más de una hora. En esta aeronave iban José Basulto, fundador de Hermanos al Rescate, Arnaldo Iglesias y los esposos Andrés y Silvia Iriondo.
El abogado Carlos Sánchez Berzain, director del Instituto Interamericano para la Democracia, con sede en Miami, enfatiza que el ataque a las avionetas de Hermanos al Rescate no solo constituye una acción ilegal: Fue un crimen.
“En el derecho internacional atacar avionetas civiles desarmadas, con aviones de guerra con premeditación, alevosía y ensañamiento como sucedió, es un crimen», expresa.
Al mismo tiempo, puntualiza que los 28 años transcurridos desde el ataque “demuestran la naturaleza criminal de un régimen que perdura y que se ha expandido. Es el régimen castrista de Cuba, que se ha convertido en el siglo XXI en el castrochavismo, y que se ha extendido a Venezuela, Bolivia, Nicaragua y que estuvo por más de 10 años en el Ecuador con Rafael Correa”.
Impunidad vigente
Sánchez Berzain añade que el argumento dado en su momento por Cuba de que las avionetas de HAR sobrevolaban su espacio aéreo no tiene asidero para justificar el derribo.
“Todas estas acciones están reguladas por el sistema de la aviación, el cual tiene dos fuentes. Una es la de la Aviación Civil, OACI, y la otra son las regulaciones del derecho de la guerra, de la intercepción, incluso de las aeronaves civiles en caso de guerra. En el caso de Hermanos al Rescate no se ha cumplido nada de eso”, subraya.
El director del instituto Interamericano para la Democracia explica que, si las aeronaves estuviesen dentro del espacio aéreo de Cuba, “tendrían que haber dado aviso radial, aviso visual y obligar a las avionetas a un aterrizaje. No han cumplido con nada de eso. Han disparado a larga distancia y los han matado y, además, han disparado misiles. Es un crimen no completamente esclarecido que consagra la criminalidad de la delincuencia organizada trasnacional que controla Cuba desde hace 65 años”.
A su juicio, es clara la impunidad en este caso.
“Castro, que fue el principal actor de esas muertes, y todos los operadores, entre esos los miembros del mando militar, los oficiales, los pilotos y todos tendrían que ser identificados y perseguidos por la justicia internacional sin cansancio. Que yo sepa los nombres de los oficiales de la dictadura, de los mandos del nivel que generó ese crimen no han sido esclarecidos y publicados en todo lo que es esa pirámide de mando”.
Carlos Sánchez Berzain destaca que la pirámide de responsabilidades en el crimen contra los HAR empezó con Fidel Castro, seguido de Raúl Castro, que era el encargado de la defensa, luego el comandante de la Fuerza Aérea, de la Defensa costera; la unidad militar y los oficiales que dispararon.
“¿Dónde están los autores materiales del derribo de las aeronaves? Esa gente vive. Los asesinados, los pilotos, los Hermanos al Rescate, están muertos y son héroes. ¿Pero, dónde están los asesinos? ¿Por qué línea de mando pasó la orden y quiénes fueron sus ejecutores?”, increpa.
En junio de 1996, el Relator de las Naciones Unidas para Cuba expresó que “la manera como los incidentes se desarrollaron, en particular la circunstancia de que entre el derribo de una avioneta y otra transcurrieron aproximadamente 6 minutos, indican fehacientemente que no se trata de un acto reflejo de unos pilotos confundidos, sino que hubo tiempo suficiente para que éstos recibiesen órdenes precisas de actuar de la forma como lo hicieron. El derribo de estas avionetas fue un hecho premeditado y constituye una violación del derecho a la vida”.
Informe de la CIDH
Por su parte, en septiembre de 1999, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señaló que Cuba no respondió a las solicitudes de información formuladas sobre la admisibilidad y al fondo del asunto en el caso de HAR.
“La Comisión con base en un exhaustivo análisis de los fundamentos de hecho y de derecho considera que la denuncia cumple con los requisitos formales de admisibilidad, y concluye que el Estado (régimen) cubano es responsable de la violación de los derechos consagrados en la Declaración Americana”.
La CIDH recomendó a Cuba una investigación exhaustiva “y el procesamiento y la sanción penal de los responsables de las distintas violaciones aquí establecidas, así como una adecuada y oportuna reparación que comprenda el pago de una justa indemnización compensatoria para los familiares directos de las víctimas”.
En el informe sobre los HAR, la CIDH publicó extractos de las comunicaciones radiales entre el MIG-29 y la Torre de Control Militar de La Habana. Estas comunicaciones, señaló la Comisión, “evidencian la violación de todos los protocolos internacionales y la impunidad con que el Estado (régimen) cubano cometió el crimen”.
La Comisión registró que la Fuerza Aérea de Cuba ordenó el despegue de dos aviones militares, un MIG-29 y un MIG-23, operando bajo el control de la estación militar de tierra cubana. “Los MIG portaban piezas de artillería, misiles de corto alcance, bombas y cohetes, y estaban piloteados por miembros de la Fuerza Aérea Cubana”.
Según la CIDH, la desproporcionalidad en el uso de la fuerza quedó al descubierto con el empleo de armas de guerra y pilotos entrenados en combate contra civiles desarmados.
Terrorismo de Estado
Los reclamos sobre la impunidad no han cesado desde del exilio cubano. El abogado Carlos Sánchez Berzain expresa que el ataque a los HAR buscó generar miedo, una práctica propia del terrorismo de Estado.” Es así como detenta el poder la dictadura de Cuba”.
Explica que el terrorismo de Estado se configura con “la utilización de métodos ilegítimos, comisión de crímenes por parte de un gobierno, con el propósito de producir miedo o terror en la población civil para alcanzar sus objetivos o fomentar comportamientos que no se producirían de otra forma”.
En los testimonios registrados, José Basulto, fundador de Hermanos al Rescate, manifestó su convicción de que, con la agresión a las aeronaves en 1996, el régimen de Cuba buscaba dos objetivos. “Por un lado deshacerse de nosotros, que estábamos enviando no sólo un fuerte mensaje de solidaridad sino también de esperanza para la reconquista de la libertad y la democracia, y, por otra parte, coaccionar al pueblo de Cuba para que no participara en ninguna actividad de oposición”.