Carlos Sanchez Berzaín
25 de enero de 2016
(Diario Las Américas) Evo Morales ha cumplido el 22 de enero 10 años en el poder. Empezó siendo presidente de la República de Bolivia, pero aplicando el modelo del socialismo del siglo XXI se convirtió en el jefe del Estado Plurinacional. Comenzó como el mandatario de un país con una democracia en crisis y se transformó en un dictador. Con protección internacional y servicios de relaciones públicas sostiene la falsa imagen de democracia y de líder indígena, entre otras imposturas. Las pruebas de sus crímenes, su corrupción, su subordinación a poder externo, la sospecha de convertir a Bolivia en un narco estado, las persecuciones políticas, la existencia de presos y exiliados políticos parecen ignoradas. Debió estar 5 años en la presidencia y después de 10, ha amarrado su permanencia hasta el 2020 y está manipulando para quedarse indefinidamente. Don diez años de oprobio, es el Gobierno de Evo Morales.
Es una historia de ignominia, afrenta y deshonra contra el pueblo boliviano y la patria. Es un tiempo de destrucción y violación de la libertad, la democracia, los derechos fundamentales, la economía y el futuro del país, que se pueden verificar con los datos de la realidad objetiva siguientes:
-Evo Morales terminó con el estado de derecho y con la democracia, suplantó la Constitución Política de la República de Bolivia y perpetró un “golpe parlamentario” mediante la ley 3941 con la que terminó haciendo redactar la constitución del Estado Plurinacional en los términos del nuevo constitucionalismo del socialismo del siglo XXI, para luego pasarla por el fraude electoral de un referéndum.
-En sus diez años de Gobierno violó los derechos humanos con intervención extranjera para asegurar su poder y es responsable impune de más de 17 masacres: Papel Pampa (Oruro 9 junio 2006), Yungas de Vandiola (29 de septiembre 2006), Cerro Posoconi (Huanuni 5-6 octubre 2006), Caihuasi (12 Noviembre 2006), Cochabamba (11 Enero 2007), Villamontes (17 Abril 2007), Normal de Vacas (Cochabamba 28 septiembre 2007), La Calancha (Sucre 24 de Noviembre 2007), Gira Meruvia (Chapare 16 Enero 2008), Santa María (Oruro 24 Marzo 2008), Caihuasi (5 Agosto 2008), discapacitados (8 Agosto 2008), El Porvenir (Pando 11-12 Septiembre 2008), cerco a Santa Cruz (17 Septiembre 2008), Hotel Las Américas (Santa Cruz 15 al 16 de Abril 2009), Caranavi (8 Mayo 2010), Yapacaní (11 Enero 2011), y Chaparina (25 Septiembre 2011)
-El año 2006 la deuda externa de Bolivia era prácticamente cero, con leyes de impuestos y de coparticipación que sostenían la participación popular, un Estado descentralizado y municipalizado. Hoy Bolivia tiene la deuda externa más alta de su historia, se oculta la deuda interna pública, no se sabe el detalle de los créditos chinos. Ha implantado el estatismo y el centralismo, ya no hay independencia del Banco Central ni de la Contraloría. Ha estatizado los fondos de pensiones, cobra impuesto a las pensiones y saca fondos millonarios del Banco Central para gastos. Ha dilapidado el buen momento de precios internacionales, la crisis está llegando.
-El año 2003 los cultivos de coca ilegal -defendidos por Morales- eran de 3.000 hectáreas y ahora están en el torno de las 40.000, sin posibilidad de verificación real. Morales expulsó la cooperación internacional. La prevalencia en el consumo de droga en Bolivia ha subido más del 1.000 por ciento en los 10 últimos años. Evo sigue de líder máximo de los cocaleros. Su jefe antinarcóticos, general René Sanabria, ha sido condenado a 14 años y cumple prisión en Estados Unidos por conspiración y tráfico de drogas.
-Con su Estado Plurinacional creó un nuevo sistema de justicia: el brazo represivo del régimen. Ha judicializado la represión y criminalizado la política. Hay cientos de perseguidos políticos, cerca de 1.000 bolivianos refugiados y exiliados en Brasil, Perú, Paraguay, España y Estados Unidos, según la ONU, y tiene más de 30 presos políticos. Persigue a sus propios cuando se resisten a seguir cumpliendo sus órdenes violatorias de los derechos como los casos del juez Cusi o del fiscal Sosa. Los bolivianos viven en “indefensión”.
-No hay libertad de prensa. Medios y redes importantes están bajo control de su régimen. La censura es directa. Periodistas han sido amenazados, despedidos o procesados contando entre sus recientes víctimas a John Arandia y Amalia Pando. Propietarios de medios están obligados a la censura para proteger sus negocios.
-La corrupción es parte del Gobierno, pero la impunidad basada en la amenaza y el uso de la fuerza evita su conocimiento y castigo. El caso más notorio del Fondo Indígena demuestra que Evo Morales se benefició con recursos de la corrupción destinados a su acto de posesión en Tiwanacu y que cometió encubrimiento mediante instrucciones a sus subalternos. La política de la corrupción está resumida en la célebre afirmación del dictador: “Cuando me dicen que algo es ilegal, yo le meto nomás y les digo a los abogados que arreglen, para eso han estudiado…”.
La extensión de este trabajo impide mayor desarrollo cualitativo y cuantitativo, pero podemos recordar que Evo Morales fue el más violento y sangriento actor como cocalero desde 1990, que llegó al poder luego de sucesivas conspiraciones y sediciones contra los gobiernos democráticos de Bolivia, que tuvo éxito en 2003 subordinado al eje Caracas-La Habana, con violencia extrema, con presencia de grupos armados nacionales y extranjeros. Es el oprobio.