Carlos Sánchez Berzaín
30 de diciembre de 2015
(Diario Las Américas) La crisis económica por el fracasado modelo centralista y estatista, por la corrupción como política de estado, los presos y exiliados políticos, el narcotráfico, las violaciones de la libertad de prensa, la pérdida de credibilidad de jefes de gobierno convertidos en dictadores para permanecer indefinidamente en el poder, en suma, todas las características del socialismo del siglo XXI relativas a las violaciones de los derechos humanos y la destrucción del estado de derecho, denunciadas y acumuladas en los últimos años, han hecho del 2015 el punto de partida en la recuperación de la democracia en las Américas.
Algunos de los hechos más notorios han sido: el rotundo triunfo electoral de la oposición democrática el 6 de diciembre (6D) logrando dos tercios de Asamblea Legislativa en Venezuela, propinando una derrota decisiva a la dictadura, que ha puesto en riesgo la sobrevivencia económica de la dictadura cubana y en evidencia a su títere Maduro; el triunfo electoral de Mauricio Macri en Argentina, que ha terminado con el gobierno Kirchner sostenido y alineado al socialismo del siglo XXI, y la posición internacional asumida por el nuevo mandatario argentino en defensa de los principios y valores de la democracia; el despertar en defensa de la democracia del nuevo Secretario General de la Organización de Estados Americanos; el triunfo popular contra la corrupción seguida de la alta concurrencia electoral en Guatemala; la derrota de Evo Morales y sus candidatos en las elecciones de alcaldes y gobernadores en Bolivia a pesar del fraude electoral; las masivas movilizaciones populares contra el gobierno dictatorial en Ecuador, que pese a la fuerte represión lograron que Rafael Correa retroceda parcialmente en su intención de reelección indefinida; la lucha contra la corrupción de alto nivel en Brasil, que está poniendo a prueba el sistema institucional; la aún tímida ruptura del silencio de algunos presidentes latinoamericanos respecto a la falta de democracia en los países del socialismo del siglo XXI; la emergencia de más acción y reclamos ciudadanos en Cuba que evidencia ante el mundo la creciente represión de la dictadura.
Son muchos hechos notorios, pero existen muchos más, casi anónimos que se han producido y acumulado el 2015 en Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, que tienen que ver con la pérdida absoluta de credibilidad y evidencia de los abusos, violaciones y corrupción de estos gobernantes. Los pueblos han tomado conciencia de las verdaderas características e intenciones de los dictadores disfrazados de presidentes y les van perdiendo el miedo. Los reclamos se han hecho constantes y cada vez más valientes contra su permanencia indefinida por la vía de la simulación electoral. Han proliferado las denuncias por la utilización de la justicia como medio de represión y persecución política, crecen reclamos para que los presos políticos sean liberados y retornen los exiliados, se multiplican las pruebas de corrupción y enriquecimiento ilegítimo de los caudillos sus familiares y amigos. Los pueblos se han expresado contra los notorios privilegios a favor de la casta de gobierno y de sus operadores mientras el pueblo pasa cada vez mayores privaciones y penurias. La ausencia de libertad de prensa y la intervención castrista son evidentes.
Las movilizaciones y marchas de exiliados y residentes en el extranjero en contra de los gobiernos no democráticos, de sus imposturas y abusos, en acción y solidaridad con la lucha por la libertad y la democracia, han sido notables en Miami, Nueva York, Madrid, Paris, Londres y otras capitales importantes del mundo. Frente al silencio de presidentes democráticos ha surgido la solidaridad de los pueblos que han presionado a sus gobernantes a expresarse sobre el tema. Importantes estudiosos y columnistas internacionales han denunciado a las dictaduras. La revolución tecnológica con la penetración de las redes sociales ha puesto los actos dictatoriales en evidencia, arrinconando a los gobiernos que no pueden tener el control total de las mismas.
La prensa internacional ha jugado un papel importante dando cobertura a los hechos, en la que han ayudado extraordinariamente los propios oficialistas defensores de los regímenes de Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua por su negativa a participar en programas, o porque cuando lo han hecho, han demostrado lo abusivo, extremista, insostenible e inaceptable de sus posiciones y puntos de vista. La lucha contra el narcotráfico ha tocado los centros de poder de los caudillos dictadores como el caso de los sobrinos de la primera dama de Maduro en Venezuela, del jefe antinarcóticos de Morales en Bolivia.……
El cambio en 2015 es trascendental, porque se ha constituido en el año de quiebre, en el punto de inflexión que ha iniciado de la recuperación de la democracia en las Américas. Ha marcado un rumbo sin retorno, que terminará solo con la restitución de la libertad y la democracia en Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua. Argentina ya está en ello, demostrando que las cosas son mejor con trasparencia, responsabilidad y alternancia en el poder, con democracia.
El 2015 ha sido el año de la concientización de los pueblos en la defensa de sus derechos, afirmados en que los gobernantes enemigos de la democracia pueden y deben ser derrotados democráticamente y separados del poder para que rindan cuentas. Los dictadores del socialismo del siglo XXI quedan en evidencia, asustados, sin credibilidad, sin el disfraz de democracia por sus abusos y corrupción, sin respuestas a las crisis que han creado y de las que son responsables, sin dinero suficiente para el populismo y la prebenda que los ha sostenido, bajo sospecha de enriquecimiento ilícito, y controlando la situación con la metodología de la intervención castrista en franca traición a la Patria.