Carlos Sánchez Berzaín
02 de septiembre de 2015
(Diario Las Américas) The Economist Intelligence Unit ha emitido su informe sobre la calidad democrática de los gobiernos, con el índice democrático de cuatro categorías: democracias plenas, democracias imperfectas, regímenes híbridos y regímenes autoritarios. Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua son calificados como regímenes híbridos, y Cuba cono régimen autoritario. Aunque la denominación a estos gobiernos no democráticos puede parecer bastante suavizada, se trata de un análisis independiente que acusa a las dictaduras del socialismo del siglo XXI.
No hay democracia a medias, por eso por debajo de las democracias plenas y de las imperfectas, el informe establece categorías para los regímenes NO democráticos. Se denominan “regímenes híbridos” a los que “contienen una combinación de elementos democráticos y autoritarios”. Son aquellos “con forma de democracia, con instituciones aparentemente democráticas pero que maquillan la realidad del gobierno autoritario”. Son regímenes de “simulación” que insisten en la forma democrática como una metodología de control social y como un mecanismo de estabilidad internacional. Un híbrido es el “producto de elementos de distinta naturaleza”, y en este caso se trata de una engañosa “apariencia de democracia” para encubrir a las dictaduras del socialismo del siglo XXI.
“The Economist Intelligence Unit” es “la división de investigación y análisis del Grupo Británico “The Economist”. El “índice de democracia” es una medición que hace esta entidad, como un promedio ponderado basado en las respuestas a cuestionarios y encuestas, de donde se establece un rango de democracia de los países. Basa sus resultados en 60 indicadores que se agrupan 5 categorías: proceso electoral y pluralismo, libertades civiles, funcionamiento del gobierno, participación política y cultura política.
El informe, al incluir en los “regímenes híbridos” a Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua los describe afirmando que “las elecciones muestran irregularidades sustanciales que a menudo impiden que sean libres y justas; son comunes las presiones gubernamentales sobre la oposición; la corrupción está extendida y el imperio de la ley es débil, como la sociedad civil; abundan el acoso y la presión sobre los periodistas y el sistema judicial no es independiente”. Respecto a los “regímenes autoritarios” entre los que clasifica a Cuba, afirma que “el pluralismo político está ausente o fuertemente cercado; muchos países de esta lista son meras dictaduras; las elecciones, de haberlas, no son libres ni justas; los medios están controlados; se reprime la crítica al gobierno, la censura es habitual y no existe un poder judicial independiente”.
No es coincidencia que las características de las dos clases de regímenes no democráticos, que el informe denomina híbridos y autoritarios, sean precisamente las que se refieren a la violación, supresión, simulación y suplantación de los “elementos esenciales de la democracia”, obligatorios para los estados americanos por la Carta Democrática Interamericana. El informe demuestra que los pueblos y los expertos conocen exactamente las características de estos gobiernos que no respetan las libertades fundamentales, no realizan elecciones libres y justas, persiguen o controlan a la oposición política, violan y suprimen la libertad de prensa, y manejan a los jueces como el brazo del gobierno para la represión y de la criminalización de la política.
El índice de democracia reconoce la realidad objetiva de los presos y exiliados políticos cubanos, venezolanos, bolivianos y ecuatorianos; de la corrupción y la impunidad como políticas de estado; de la simulación, el fraude electoral y la perpetuación indefinida en el poder en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua; de los fiscales y jueces operarios del poder ejecutivo en todos esos países; de periodistas acosados, despedidos, perseguidos; de medios de comunicación clausurados, confiscados, sometidos; de crecientes expresiones populares de protesta en las calles contra la crisis, los abusos, la corrupción y el mal gobierno.
Lo que The Economist ha hecho, es certificar que Cuba en el puesto 127, Venezuela puesto 100, Nicaragua puesto 94, Bolivia puesto 83 y Ecuador puesto 79, NO SON DEMOCRACIAS. Cuba es una dictadura antigua y conocida; los regímenes del socialismo del siglo XXI en Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Ecuador son simulaciones. Les ha quitado su malograda careta, obligando a los indiferentes –mas allá de sus intereses o temores políticos- a reconocer lo que hace ya demasiados años son “las dictaduras del siglo XXI en las Américas”.