¿Internacionalismo o esclavitud castrista?
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Cuba define como “cooperantes o internacionalistas” a sus ciudadanos enviados a trabajar en el exterior. Esta modalidad se revela como “un negocio que el Gobierno cubano maneja” como un “trabajo forzoso”, de “trata de seres humanos” y de “esclavitud”
«COOPERANTES» CUBANOS | 01 de noviembre de 2014
– Cuba define como “cooperantes o internacionalistas” a sus ciudadanos enviados a trabajar en el exterior. En el área de la medicina operan por el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) a través de su dependencia la Comercializadora Servicios Médicos Cubanos S.A. que dice tener mas de 50.000 cooperantes en Latinoamérica, África y Oceanía, aunque la cifra parece ser mucho mayor. Esta modalidad se revela como “un negocio que el Gobierno cubano maneja” como un “trabajo forzoso”, de “trata de seres humanos” y de “esclavitud”.
Esta semana, fiscales federales del Brasil pidieron a la presidenta Dilma Rousseff que pague directamente los salarios a los médicos cubanos del programa “Más Médicos” (firmado con intervención de la Organización Panamericana de la Salud, OPS), al constatar que “el Gobierno de Cuba sólo paga un salario de 1.000 dólares mensuales, lo que constituye la cuarta parte del pago que el Gobierno del Brasil realiza a Cuba por cada médico”. La fiscal Luciana Oliveira indicó que “el contrato de la OPS tiene graves vicios y viola los principios de legalidad, publicidad y transparencia”.
La llamada cooperación médica cubana es parte de la propaganda castrista. La directora general de la Comercializadora Servicios Médicos Cubanos S.A., Yilián Jiménez Expósito, declaró en Gramma (órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba), que “el secreto es el resultado de un médico formado en un sistema socialista donde nunca se ve al paciente como una mercancía o un cliente”. La prensa brasilera informó que sólo en el segundo semestre de 2013, Brasil pagó a Cuba 200 millones de dólares por sueldos de los “médicos cooperantes”. Así resulta que la mercancía no es el paciente sino el médico cubano, el propietario es la dictadura castrista, y clientes son los países que auspician la esclavitud en pleno siglo XXI.
En Venezuela, el embajador de Cuba, Rogelio Polanco, reveló en el año 2012 que “31.315 profesionales cubanos trabajaban en la Misión Barrio Adentro”. Ramón G. Aveledo, como secretario de la Mesa de Unidad Democrática, denunció que “cada médico cubano cuesta a Venezuela 135.800 dólares anuales, de los cuales solo 230 dólares mensuales son para el médico y el saldo para el Gobierno cubano”. El diario El Nuevo Herald informó que “cerca de 3.000 profesionales cubanos, la mayoría de ellos médicos, desertaron de los programas sociales de Venezuela en el 2013”.
En Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Uruguay, países del ALBA, donde hay miles de médicos cubanos “ganando” más que los nacionales, los gobiernos guardan como “secreto de Estado” los montos que pagan a Cuba por medio de su “sociedad anónima”, la Comercializadora Servicios Médicos Cubanos SA”, y de otras entidades de la dictadura.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) es el organismo especializado de las Naciones Unidas cuyo principal objetivo es “promover los derechos laborales, fomentar oportunidades de trabajo decente, mejorar la protección social…” El Convenio 105 sobre La abolición del trabajo forzoso, del que Cuba, Brasil, Venezuela, Bolivia, Ecuador, entre 167 estados, son parte, manda que “todo miembro de la OIT se obliga a suprimir y a no hacer uso de ninguna forma de trabajo forzoso (…) como medio de coerción o de educación políticas (…), como método de movilización y utilización de la mano de obra con fines de fomento económico..”
Hoy “esclavo” es “una persona que carece de libertad por estar bajo el dominio de otra”. La esclavitud es la “sujeción excesiva por la cual se ve sometida una persona a otra, o a un trabajo u obligación”. La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su Artículo 4 manda que “nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas”. El Artículo 23 garantiza el derecho al salario, a la remuneración equitativa y a la sindicalización.
El trabajo forzoso, la trata de seres humanos y la esclavitud con que lucra la dictadura cubana, son violaciones a los derechos humanos y crímenes contra la humanidad que no pueden ser pagados por gobiernos democráticos como el de Brasil. Mas allá de su capacidad profesional (frecuentemente cuestionada), los médicos cubanos convertidos en mercancía son víctimas de “trabajo forzoso”, de “trata de seres humanos” y de “esclavitud”. El pago por su trabajo no es para ellos, no son libres, están extorsionados, sometidos, tienen a sus familias como rehenes, cuando pueden escapan… ¿Hace falta alguna prueba más?
Las democracias del mundo y el sistema de las Naciones Unidas saben esto y mas. ¿Qué esperan para cumplir la obligación legal y moral de respetar sus propios principios y tratados?