La unidad de la oposición en dictadura
Es urgente construir la unidad de la oposición en base al objetivo central de la “recuperación de la democracia” ante gobiernos no democráticos de la región
- CARLOS SÁNCHEZ BERZAÍN COLUMNISTAjue oct 2 2014 18:20
http://www.diariolasamericas.com/blogs/unidad-oposicion-dictadura-berzain.html
Los gobiernos no democráticos de la región tienen como estrategia dividir, desagregar y fraccionar a la oposición. Estas acciones han funcionado exitosamente hasta ahora en todos los países ocupados por el socialismo del siglo XXI y son vitales para la permanencia indefinida de sus gobiernos.
Es urgente reconocer tal estrategia y contrarrestarla construyendo la unidad de la oposición en base al objetivo central de la “recuperación de la democracia”.
El ámbito de las acciones de división es muy extenso y abarca -entre otros- la “disuasión” a participar en política a los ciudadanos en general, el amedrentamiento de los opositores, la “criminalización” de la oposición, la persecución para sentar precedente de lo mal que puede irle a la gente si se opone al Gobierno, el estrangulamiento de cualquier fuente de “financiamiento”, el uso del “asesinato de la reputación”, acciones de “infiltración” para generar divergencias entre los opositores organizados, el aliento y hasta la “simulación” de grupos opositores.
Recordemos algunas de estas acciones de división de la oposición y de sus resultados en Cuba, Venezuela, Ecuador y Bolivia. No es coincidencia, es sólo parte de la metodología o franquicia castrista que cumple el objetivo de “tener oposición controlada y limitada”, o sea tener “opositores que nunca puedan tomar el poder”. Recordemos que el elemento característico de la “oposición política” es la posibilidad de tomar el poder y que si esta opción no existe estamos hablando sólo de “resistencia”.
En Cuba se ha producido la división de las Damas de Blanco, que puede tener muchas explicaciones o análisis pero que finalmente termina favoreciendo a la dictadura castrista.Han creado un conflicto para dar lugar a una disidencia dentro de la disidencia, se ha llegado a decir que la lucha interna se produjo por disputas de actitud, económicas, de conducta, pero el resultado desprestigia a las víctimas y beneficia al Gobierno castrista, que ciertamente no es ajeno a la generación del problema.
En Venezuela, trata de recuperarse la Mesa de la Unidad que yace debilitada y que en un momento fue modelo para derrotar la dictadura. Un nuevo liderazgo trata de recomponer una opción gravemente perjudicada por divisiones que han convertido a Leopoldo López en preso político, a María Corina Machado en perseguida y fuera del Congreso y han dejado comprometida la opinión respecto a Henrique Capriles. El “diálogo” salvó a Maduro de uno de sus momentos más críticos y dejó más reproches que consensos, para beneficio del dictador venezolano.
En Ecuador, se busca producir división de una oposición en proceso de articulación. Correa ha celebrado un aniversario más del 30S, recordando el 30 de septiembre de 2010 cuando él mismo -según denuncia del periodista Emilio Palacio y de líderes de opinión- ordenó innecesariamente la intervención del Ejército provocando los hechos de los que se ha declarado declarado víctima, calificándolos como de “golpe de Estado blando”. La acción de división se centra en el amedrentamiento, decenas de presos, exiliados, y el manipulador discurso del dictador que acusa a la oposición de la restauración de la derecha.
En Bolivia se vive el proceso de “elecciones sin democracia”, un ejercicio totalmente controlado por el Gobierno, en el que los candidatos considerados de oposición van divididos en fracciones y se enfrentan entre ellos en lugar de tratar de ganar la elección al candidato oficialista, o por lo menos poner en evidencia el fraude montado para re-reelegir al dictador. La discusión entre los opositores es quien está ayudando más a Evo Morales y han permitido a Morales dejar fuera de la temática electoral asuntos tan importantes como la corrupción, la coca y el riesgo Bolivia-narcoestado, los presos y el exilio de cientos de bolivianos, el control total del poder, el fraude electoral y otros.
Con tales muestras y por los precedentes de la historia, no hay duda de que la unidad de la oposición frente a estos regímenes sólo es posible si se construye para la “recuperación de la democracia”. Se trata de que la oposición se una en base a los principios y valores fundamentales que las dictaduras vulneran. En dictadura no es posible la unidad basada en ideologías ni en posiciones programáticas, porque el escenario no es de normalidad. Lo imprescindible es recuperar la democracia para que cuando se hayan repuesto las condiciones de democracia todos los actores puedan buscar su lugar con libertad e igualdad.