La lucha contra el narcotráfico fracasa solo cuando el narco toma el poder político

Carlos Sánchez Berzaín
6 de abril de 2025

(Infobae.com) Una de las narrativas más persistentes del socialismo del siglo 21 es el fracaso de la lucha contra el narcotráfico, una falacia destinada a legitimar sus actividades criminales. La realidad objetiva prueba que la lucha contra el narcotráfico fracasa solo cuando el narco toma poder político y establece mecanismos de protección a su actividad ilícita o instala narcoestados. La lucha contra el narcotráfico es exitosa e imprescindible en democracia como parte del estado de derecho.

El narcotráfico es una actividad delictiva señalada por la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes enmendada por el Protocolo de 1972, el Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971, la Convención de las Naciones Unidas contra el Trafico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas de 1988, la Convención de las Naciones Unidas contra la delincuencia organizada trasnacional o Convención de Palermo del año 2000, y más.

El narcotraficante colombiano Pablo Escobar Gaviria logró ser electo como “representante a la Cámara en el Congreso Nacional en 1982”, el que perdió en 1983 por la acusación del Ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla y publicaciones en el diario El Espectador (Lara Bonilla y Guillermo Cano, Director de El Espectador, fueron asesinados).

Pablo Escobar y el boliviano Roberto Suarez se asociaron con Fidel Castro convirtiendo a Cuba en la década de 1980 en el primer narcoestado de las Américas, situación que desencadenó en la “Causa 1/89”, que determinó “el fusilamiento del General Arnaldo Ochoa Sánchez, el Coronel Antonio de la Guardia Font, el Mayor Amada Padrón Trujillo y el Capitán Jorge Martínez Valdés”. Sobre esto, Aida Levy (esposa de Roberto Suarez) en el libro “El Rey de la Cocaína”, señala a Fidel Castro como el responsable que “intentó limpiar su desgastada imagen” y que “asesinó, encarceló, torturó y engañó sin escrúpulos a sus más estrechos colaboradores, cuyos únicos delitos fueron haber cumplido al pie de la letra las órdenes que recibieron de él y de su hermano Raúl”.

El ex dictador de Panamá Manuel Antonio Noriega fue juzgado en 1992 en Estados Unidos y condenado a 40 años de cárcel por narcotráfico (reducidos luego a 30 y cumplidos finalmente 17 años gracias a su buen comportamiento).

En la década de 1990 la lucha contra el narcotráfico formó parte del concenso de la Primera Cumbre de las Américas de 1994 y fue exitosa en la región. En Bolivia -como política de Estado- desde 1994 a 2003 se redujeron los cultivos de coca ilegal de 70.000 hectáreas a 3.000 y con convenios con la DEA y tratado de extradición se desnarcotizó el país. En Colombia fue acusado de haber sido financiado por el narcotráfico el presidente Ernesto Samper en el denominado “Proceso 8000”; en la presidencia de Andrés Pastrana se sentaron las bases para el Plan Colombia aplicado exitosamente en la presidencia de Álvaro Uribe, con graves retrocesos con Juan Manuel Santos.

El socialismo del siglo 21 en materia de narcotráfico opera bajo la premisa establecida en la década de 1960 por Fidel Castro que señaló al “narcotráfico como un instrumento de lucha antiimperialista” contra Estados Unidos, y con la abierta campaña de señalar el “fracaso de la lucha antinarcóticos” pidiendo la “despenalización de las drogas, principalmente la cocaína”.

Han convertido en narcoestados del siglo 21 a Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, con el Cártel de los Soles como su expresión más notoria con Nicolás Maduro y Diosdado Cabello con recompensas por su captura de 25 millones de dólares cada uno. Bolivia con Evo Morales ha hecho partido político a las federaciones de cultivadores de coca ilegal con el Movimiento al Socialismo. Buques salidos del puerto de Mariel en Cuba han sido interceptados en Panamá con cargamentos de cocaína. Ecuador convertido en narcoestado por Rafal Correa sufre hasta ahora las consecuencias del narcotráfico.

En 2011 el ex jefe antidrogas de Evo Morales el general Rene Sanabria fue condenado por narcotráfico a 14 años de prisión en Estados Unidos. En junio de 2024 el ex presidente de Honduras Juan Orlando Hernández fue sentenciado por narcotráfico a 45 años de prisión en Estados Unidos. En diciembre de 2024 el Coronel Maximiliano Dávila, ultimo director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico de Evo Morales fue extraditado a Estados Unidos por narcotráfico.

Los países donde la lucha contra el narcotráfico fracasa son aquellos en que los gobiernos están influidos, penetrados, controlados o son parte del narcotráfico. De las expulsiones de la DEA de los países controlados por el socialismo del siglo 21, al pedido de “legalizar la cocaína” por sus gobiernos para dictatoriales, a los “abrazos y no balazos” de López Obrador en México, al sostenimiento directo e indirecto al narcotráfico por operadores políticos y gobiernos, se hace imposible un buen resultado contra el crimen.

Lo más reciente ha sucedido en la reunión entre la Secretaria de Seguridad de Estados Unidos y el Presidente de Colombia, en la que Gustavo Petro defendió a las organizaciones criminales planteando que “solo eran personas que necesitaban más amor y comprensión”.

*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy

Publicado en infobae.com domingo 6 de abril de 2025