Dictadura electoralista/narcoestado de Bolivia, satélite de Cuba y Venezuela

Carlos Sánchez Berzaín entrevistado por Edwing Castro Poma y Alejandra Camila Mendoza: Bolivia, en el año 2025, se encuentra en una crisis profunda que va más allá de lo económico. La nación sudamericana ha experimentado un colapso en sus instituciones democráticas, convirtiéndose en un narcoestado gobernado por una dictadura electoralista.

  1. Bolivia ya no es una democracia
    La democracia en Bolivia, como la conocemos, ha desaparecido. La Carta Democrática Interamericana establece cinco elementos esenciales para una democracia, los cuales Bolivia ha perdido. Hoy, el país no cumple con los siguientes principios fundamentales:
  • Derechos Humanos: Bolivia tiene más de 320 presos políticos, incluidos líderes cívicos, exgobernadores y militares, acusados de delitos falsos o procesados bajo un sistema judicial controlado por el gobierno.
  • Estado de Derecho: El cumplimiento de las leyes en Bolivia es nulo. El poder judicial está completamente subordinado al Ejecutivo y es utilizado como herramienta de represión.
  • Separación de poderes: El poder judicial se ha convertido en un brazo del gobierno dictatorial, con jueces y fiscales que cumplen órdenes políticas.
  • Elecciones libres y limpias: El sistema electoral ha sido manipulado para asegurar la permanencia en el poder de la dictadura. El voto universal ha sido socavado, y el fraude electoral es un componente esencial para mantener el régimen.
  • Libre organización política: La oposición política ha sido silenciada, y la libertad para organizarse y competir en elecciones ha sido anulada. La dictadura controla el órgano electoral y decide quién puede participar en la vida política del país.
  1. La manipulación constitucional y la muerte de la democracia
    La democracia boliviana fue gravemente dañada con el golpe de Estado de octubre de 2003, pero la situación empeoró con la imposición de la nueva Constitución en 2009, diseñada para consolidar el poder del régimen de Evo Morales. Esta constitución ha liquidado el sufragio universal, ha discriminado a sectores de la población y ha permitido la manipulación de las elecciones a favor del oficialismo.
  2. Bolivia como narcoestado
    Uno de los aspectos más preocupantes de la situación de Bolivia es su conversión en un narcoestado. Las autoridades bolivianas están profundamente involucradas en todas las etapas del narcotráfico, desde el cultivo de coca hasta la fabricación y tráfico de cocaína. Los grupos cocaleros, bajo el liderazgo de Evo Morales y su entorno, controlan el negocio de la coca ilegal, que se ha convertido en una fuente de poder y financiamiento para el régimen.
  3. Intervención extranjera y la pérdida de soberanía
    El modelo boliviano no es una creación propia de Morales y su gobierno. Más bien, Bolivia ha sido sometida a la influencia de potencias extranjeras como Cuba y Venezuela. Estos países han promovido un modelo de «socialismo del siglo XXI» que ha desmantelado las instituciones democráticas y ha sembrado la división interna en Bolivia. Además, Bolivia ha entregado sus recursos naturales, como el litio, a potencias extranjeras como China y Rusia, lo que ha incrementado la dependencia del país.
  4. La devastación económica: de la prosperidad a la miseria
    En las décadas anteriores, Bolivia experimentó un crecimiento económico gracias a políticas como la participación popular, la capitalización social y la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, el gobierno de Morales ha destruido este modelo, endeudando al país con préstamos de China, Rusia e Irán y gastando los recursos del Estado en proyectos de corrupción. Hoy, Bolivia enfrenta una crisis económica sin precedentes: el gas y los recursos naturales se han agotado, y el país se encuentra con reservas casi nulas.
  5. La situación social: pobreza y miseria
    La crisis económica se ha traducido en un aumento de la pobreza. El país enfrenta escasez de productos básicos, como gasolina y diésel, y la inflación ha disparado el costo de vida. La población boliviana, que alguna vez fue próspera, ahora se enfrenta a una creciente miseria.
  6. La lucha por la democracia: la esperanza de un cambio
    A pesar de la opresión y la represión, existe una resistencia en Bolivia que busca recuperar la democracia. Para lograrlo, se necesita una unidad de la oposición y un frente común que desafíe al régimen dictatorial y lo ponga en evidencia ante la comunidad internacional. Aunque el camino hacia la restauración de la democracia parece largo y complicado, la esperanza de un cambio sigue viva.