El difícil proceso de paz entre Rusia y Ucrania para terminar la 1ra guerra global

Carlos Sánchez Berzaín entrevistado por Luis Galeano en «Café con voz»: La guerra entre Rusia y Ucrania, que comenzó en 2022, ha trascendido los límites de un simple conflicto regional para convertirse en una «guerra global». Aunque las batallas se libran principalmente en territorios específicos, como Ucrania, el impacto geopolítico y económico de este conflicto afecta a todo el mundo. La guerra no solo involucra a Rusia y Ucrania, sino que también ha alineado a diversos bloques internacionales que sostienen a cada una de las partes.

Aunque el enfrentamiento se centra en Ucrania, la guerra de Rusia no es solo una disputa bilateral. Desde el momento en que Rusia invadió Ucrania, se formaron dos bloques claramente definidos: el bloque de Rusia, apoyado por aliados como China, Irán, Corea del Norte y países de las dictaduras del socialismo del siglo XXI como Cuba, Benezuela, Bolivia y Nicaragua), y el bloque de Ucrania, respaldado principalmente por Occidente, con Estados Unidos y Europa a la cabeza.

La guerra entre estos dos bloques se ha extendido más allá de las fronteras de Ucrania, creando un frente de batalla que afecta tanto a las economías como a la seguridad global. Rusia no puede ganar completamente debido a la intervención del bloque occidental, que incluye a las democracias de Europa y Estados Unidos. Por su parte, Ucrania tampoco puede avanzar demasiado sin arriesgarse a una posible guerra nuclear con Rusia, lo que podría desencadenar una tercera guerra mundial.

Rusia ha logrado mantener su guerra en curso gracias al apoyo estratégico de sus aliados. China ha sido fundamental al proporcionar apoyo tecnológico y económico, mientras que Irán y Corea del Norte contribuyen con capacidades balísticas y de misiles. Además, los países alineados con el socialismo del siglo XXI, como Cuba, han enviado apoyo humano y logístico a las fuerzas rusas.

En el otro lado, Ucrania se sostiene gracias a Occidente, que le proporciona apoyo económico, tecnológico y militar. Este respaldo incluye el suministro de armas avanzadas, la formación de tropas ucranianas y un significativo apoyo financiero. Sin embargo, la guerra ha traído una crisis económica a nivel mundial, afectando los mercados de energía y alimentos, además de infligir un alto costo humano.

Una de las grandes interrogantes sobre este conflicto es quién está ganando realmente. Si bien Rusia y Ucrania han sufrido enormes pérdidas, un actor que ha salido ganando significativamente es China. Al cortar las relaciones de Rusia con Occidente, China ha logrado infiltrarse en el mercado ruso, reemplazando a Europa y Estados Unidos en el comercio de energía y tecnología. Esta situación ha fortalecido aún más la influencia de China sobre Rusia, creando un bloque de dictaduras que incluye también a Irán y Corea del Norte.

Occidente no puede permitir que Rusia se integre aún más a la órbita china, pues esto representaría una amenaza directa a la seguridad y la economía de Europa y Estados Unidos. La gran estrategia de Occidente debe ser evitar que Rusia se convierta en un aliado de China, pues esto cambiaría el equilibrio geopolítico global y fortalecería a las dictaduras autoritarias, en detrimento de las democracias.

El conflicto ha creado una polarización entre las democracias occidentales y el bloque de dictaduras. Rusia, por su parte, enfrenta serias dificultades económicas debido a las sanciones impuestas por Occidente, que han afectado su mercado energético y económico. Si bien Europa se beneficia al reducir su dependencia de Rusia para el suministro de energía, el continente también se ve afectado por el aumento de los precios de los productos derivados del petróleo y gas, que provienen de fuentes alternativas, como Irán.

La situación actual sugiere que la única manera de evitar una escalada hacia la tercera guerra mundial es alcanzar un acuerdo de paz. Este acuerdo debe estar basado en concesiones recíprocas entre Rusia y Ucrania, pero también debe involucrar una serie de cambios en la política geopolítica mundial. Recuperar el mercado ruso para Occidente es una necesidad estratégica para evitar que Rusia se subordine completamente a China.

Es crucial entender que la guerra entre Rusia y Ucrania no es solo una cuestión bilateral, sino que forma parte de un conflicto global más amplio. El equilibrio geopolítico mundial está en juego, y las decisiones que se tomen en los próximos años definirán el futuro de las relaciones internacionales. Para lograr la paz, las potencias occidentales deben encontrar una manera de incluir a Rusia en un bloque europeo, alejándola de la influencia china.

El futuro de Ucrania, la estabilidad en Europa y la lucha entre democracias y dictaduras dependen de cómo se maneje este conflicto en su fase final. El proceso de paz debe ser guiado por los principios de diplomacia y concesiones mutuas, sin ceder a las presiones de los actores externos que buscan ampliar su esfera de influencia.