Carlos Sánchez Berzaín entrevistado por Napoleón Bravo: El año 2025 ha comenzado eventos marcados por la confrontación entre las dictaduras y las democracias. Este enfrentamiento refleja las diferencias profundas en la manera de gobernar y ejercer el poder en un mundo capitalista, globalizado y en constante revolución tecnológica.
En la actualidad, se plantea una división clara entre dos opciones: una que defiende la libertad, la propiedad privada, las libertades individuales y el gobierno a través del mandato popular, y otra que privilegia el poder en pocas manos, donde se sacrifican las libertades fundamentales, se violan los derechos humanos y se concentra el poder de manera absoluta.
Un claro ejemplo de esta lucha se vive en Venezuela, donde el pueblo venezolano ha demostrado un apoyo masivo a la opción liderada por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia. A pesar del fraude electoral y la ocupación por parte de regímenes dictatoriales como el de Cuba, la oposición continúa luchando por recuperar el poder y restaurar el orden democrático. El mandato popular es claro: los líderes opositores deben tomar el poder constitucional de manera inmediata, pues Venezuela se enfrenta a una crisis de gobernanza con un régimen criminal en el control.
Los líderes opositores deben continuar presionando para que se respete la soberanía y el derecho del pueblo a elegir a sus representantes. La comunidad internacional también juega un papel clave en este proceso, con países democráticos y organizaciones internacionales como las Naciones Unidas, que deben apoyar los esfuerzos por restaurar la democracia en el país.
El clima de confrontación también se extiende a otras partes de América Latina. En Ecuador, la batalla por el control del gobierno enfrenta a la democracia representada por el presidente Noboa y la dictadura del socialismo del siglo XXI, que busca perpetuar su poder a través de mecanismos como el tráfico de drogas y la manipulación electoral. A nivel internacional, las fricciones se extienden entre Estados Unidos, México y Canadá debido a cuestiones como la migración, el tráfico de drogas y la influencia de China en el Canal de Panamá.
Las tensiones en Ucrania y Gaza también son reflejo de un mundo dividido, donde los frentes de batalla se reducen, pero la confrontación global sigue siendo palpable. A medida que las dictaduras responden con agresividad, la democracia debe encontrar formas de contenerlas.
El desafío más grande es cómo las democracias pueden mantenerse unidas y fuertes frente a la presión de los regímenes autoritarios. Esto implica no solo la acción en el ámbito político y económico, sino también una respuesta estratégica que involucre alianzas internacionales, sanciones y la presión para aislar a los gobiernos dictatoriales.
En cuanto a Venezuela, la comunidad internacional debe reconocer la legitimidad de los líderes electos y brindar el apoyo necesario para que puedan recuperar el control soberano del país. A nivel interno, los líderes democráticos deben coordinar esfuerzos para asumir un liderazgo claro y decisivo, como la juramentación de María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, quienes tienen el mandato popular para hacerlo.