Carlos Sánchez Berzaín entrevistado por Fernando Aguayo: La reciente elección en Estados Unidos ha demostrado el funcionamiento de una de las democracias más consolidadas del mundo. Este sistema se sustenta en reglas fundamentales que aseguran la libertad y el respeto a los derechos individuales. Entre estas, destacan el estado de derecho, el respeto a la libertad individual por la de los demás y la obligación de los gobernantes de someterse a la ley. Además, el principio de alternancia en el poder garantiza que los cambios políticos no alteren la esencia de la vida ciudadana, ya que el cumplimiento de la ley prevalece sobre cualquier gobierno.
Contraste entre Estados Unidos y América Latina
En América Latina, las mayorías eventuales suelen modificar reglas fundamentales, generando inestabilidad jurídica y política. En cambio, en Estados Unidos, las normas esenciales no pueden ser alteradas, ni siquiera por la mayoría. Este contraste evidencia una diferencia de enfoque: mientras en América Latina prevalece un modelo influenciado por ideologías populistas y marxistas, en Estados Unidos impera un sistema de pesos y contrapesos que protege la democracia y el estado de derecho.
Cinco elementos esenciales y dos protecciones adicionales
La democracia estadounidense se define por cinco principios esenciales: respeto a la libertad y los derechos fundamentales, separación de poderes, acceso al poder bajo la ley, libre organización política y elecciones libres y limpias. A esto se suman dos protecciones adicionales: los frenos y contrapesos institucionales y el federalismo. Estas garantías fortalecen la democracia y permiten una mayor libertad a través de la coexistencia de gobiernos federal y estatales, cada uno con competencias específicas.
La política exterior y los desafíos de las dictaduras en América Latina
Estados Unidos enfrenta el desafío de reconstruir su política exterior hacia América Latina. En el pasado, políticas bipartidistas como la Cumbre de las Américas de 1994 fomentaron la democracia y el desarrollo en la región. Sin embargo, los ataques del 11 de septiembre de 2001 desviaron la atención hacia otros frentes, dejando espacio para que dictaduras como las de Venezuela, Cuba y Nicaragua se fortalecieran. Estas regímenes, apoyados por intereses transnacionales, han generado crisis migratorias, tráfico de drogas y violaciones sistemáticas de derechos humanos.
Migración y responsabilidad internacional
El tema de la migración en la frontera sur de Estados Unidos refleja un problema estructural: las dictaduras de la región expulsan masivamente a su población, generando una crisis humanitaria y política. La solución no radica únicamente en reforzar las fronteras, sino en enfrentar directamente a estos regímenes. La cooperación internacional y el cumplimiento de los tratados y leyes internacionales son esenciales para abordar las causas de fondo de esta problemática.
El papel de México en la dinámica regional
México juega un rol clave debido a su cercanía con Estados Unidos. Sin embargo, su actual política exterior, que incluye apoyo tácito a dictaduras como la de Cuba, contradice los principios democráticos. Este comportamiento pone en riesgo la estabilidad de la región y la cooperación con Estados Unidos. Es necesario que México respete los acuerdos internacionales y promueva un estado de derecho coherente tanto a nivel interno como en sus relaciones internacionales.
El futuro bajo una nueva administración
El próximo gobierno estadounidense enfrenta el reto de reafirmar su liderazgo en la región. Esto implica no solo proteger sus intereses estratégicos, sino también apoyar a los pueblos que luchan contra dictaduras. La administración de Donald Trump 47, tiene la oportunidad de diseñar una política exterior efectiva que fortalezca la democracia, combata las crisis migratorias y promueva la estabilidad regional. Solo mediante el cumplimiento de sus obligaciones internacionales podrá Estados Unidos consolidar su papel como defensor de la libertad en el continente.