Carlos Sánchez Berzaín entrevistado por Edwin Castro Poma en «Contraparte»: Bolivia vive una crisis política y económica desde el golpe de Estado en 2003, cuando se destituyó al presidente Sánchez de Lozada. A lo largo de los años, Bolivia ha experimentado un deterioro de la democracia, la institucionalidad y los derechos civiles. Este proceso comenzó con la llamada «Guerra del Gas», un pretexto utilizado por grupos opositores para derrocar al gobierno de Sánchez de Lozada bajo la fachada de impedir la venta de gas boliviano a Chile, aunque en realidad había intereses internacionales detrás.
Carlos Meza traicionó al gobierno, conspirando. En el golpe del 2003 existieron operadores financiados y respaldadas por países como Venezuela y Cuba, así como injerencia de guerrilleros de las FARC. Estas fuerzas fueron fundamentales para derrocar al gobierno y permitir la instauración de un régimen dictatorial bajo Evo Morales. La historia de Bolivia, ha sido distorsionada, ocultando los crímenes y traiciones cometidos en esos años.
Otro aspecto relevante es la manipulación de las leyes por parte de Carlos Meza, quien después del golpe firmó decretos de amnistía para absolver a los responsables del golpe, incluido él mismo. Además, se falsificó leyes para permitir la creación de una Asamblea Constituyente que, bajo el mandato de Evo Morales, llevó a la aprobación de una nueva constitución, ilegal e ilegítima.
Bolivia bajo la dictadura de Evo Morales ha vivido varios episodios de violencia, como las masacres en Cochabamba, El Porvenir y el Hotel Las Américas, todas con pruebas que apuntan a Evo Morales. Finalmente, Bolivia ha perdido no solo su democracia, sino también su gas y sus reservas, y ha fallado en su intento de recuperar acceso al mar.