8 de octubre de 2023
(Infobae.com) Ecuador logró separar del gobierno al socialismo del siglo 21 que con Rafael Correa lo había sometido a más de diez años de dictadura. Desde que el presidente Lenin Moreno optó por la democracia en lugar del modelo trasnacional dictatorial, el correísmo ha mantenido fuerza política y control institucional, mientras desata el miedo en la población con violencia y crimen. Es una larga transición a la democracia en la que este 15 de octubre el pueblo ecuatoriano votará entre el retorno de la dictadura y la necesidad de buen gobierno.
La pérdida del gobierno por el correísmo, que es el castrochavismo en Ecuador, solo pudo producirse desde dentro porque en el Ecuador dictatorial de Rafael Correa se cumplían los elementos de permanencia indefinida en el poder con leyes a medida del régimen, una oposición dividida, una oposición funcional, presos y exiliados políticos, terrorismo de estado, inexistencia de libertad de prensa, persecución judicializada, corrupción con impunidad, narcoestado, discurso antiimperialista y sometimiento a las dictaduras de Cuba y Venezuela.
Al separar su gobierno del sistema dictatorial del socialismo del siglo 21, Lenin Moreno comenzó un proceso de transición a la democracia que no está concluido y que ha sufrido gravísimos retrocesos en el gobierno de Guillermo Lasso. La efectiva transición a la democracia solo se logra con dos condiciones mínimas: evitar la impunidad y terminar el orden jurídico de la dictadura restituyendo las leyes de la República. Moreno hizo lo primero pero no tenía tiempo para terminar el sistema legal dictatorial que toca incluso la Constitución.
El presiente Lasso incumplió sus obligaciones al no ejecutar la sentencia por corrupción de 8 años de cárcel contra Rafael Correa haciéndose cómplice de su impunidad; fue negligente en el control de la vigencia del estado de derecho al no impulsar el cambio de las leyes infames de la dictadura que mantienen la inseguridad ciudadana y su influencia en instituciones tan importantes como los servicios de inteligencia, la justicia, los sistemas de seguridad, el sistema electoral y más.
Lasso no entendió que luego de ganar elecciones en democracia se necesita “gobernabilidad” que es “capacidad de gobierno”. Es la “estabilidad institucional y política, y efectividad en la toma de decisiones y la administración…”.
Cuando se llega a la presidencia como la segunda minoría, en segunda vuelta, en un sistema presidencialista, en un proceso de transición a la democracia que debe desmantelar una organización criminal trasnacional que detentaba el gobierno y que aún controla parte importante del poder, es urgente e imprescindible estructurar un gobierno de unidad nacional sólido y fuerte, que solo es posible con un plan de gobierno de consenso que le otorgue el respaldo necesario en la Asamblea Nacional. Lasso no lo hizo y ojalá lo entienda Daniel Noboa si gana la segunda vuelta.
Los gobiernos de minoría que están produciendo los sistemas presidencialistas de América Latina son gobiernos condenados al fracaso porque los presidentes ignoran la gobernabilidad. Este mal no es un tema de color o posicionamiento seudo ideológico, pues la realidad demuestra que tan mal como a Lasso considerado un presidente de derecha les va a Petro en Colombia, a Boric en Chile, y le fue peor a Castillo en Perú, los tres socialistas del siglo 21 o de izquierda.
El pueblo ecuatoriano está siendo víctima de terrorismo por conspiración y acción castrochavista y por mal gobierno e inacción institucional. Ha sido asesinado el candidato presidencial Fernando Villavicencio, el mismo día murió uno de los sicarios y luego en las cárceles de Ecuador fueron muertos 7 sicarios más que estaban presos por el magnicidio, sin que se tenga noticia de los autores intelectuales aunque todo señale al socialismo del siglo 21. Han asesinado al Alcalde de Manta Agustín Intriago; la familia y partidarios de Villavicencio están bajo amenaza…
Ágora Democrática ha presentado un estudio que muestra que el fraude electoral en Ecuador es posible porque Correa “se apropió” del Consejo Nacional Electoral. Correa dirige la campaña de Luisa González y se pasea por el mundo en absoluta impunidad. La gente tiene miedo al retorno del correísmo pero también tiene miedo de cómo están las cosas y ese ambiente de inseguridad es el que quiere el correísmo.
El eje de confrontación en la segunda vuelta electoral en Ecuador es el retorno a la dictadura frente a la necesidad de buen gobierno. Luisa González es el socialismo del siglo 21 que garantiza la impunidad y el retorno de Rafael Correa, y Daniel Noboa es la alternativa que tiene el desafío de construir gobernabilidad para concluir la recuperación de la libertad y la democracia con buen gobierno.
*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy