Carlos Sánchez Berzaín entrevistado por Nivar Hevia y Vaca en «Generando criterio»: El Modelo económico castrochavista ha quebrado el país, dictadura, no hay dólares, déficit comercial, deuda impagable, narcoestado, estatismo, centralismo, corrupción, impunidad. Bolivia no es una democracia. No tiene ninguno de los elementos esenciales de la democracia. Con cerca de 258 presos políticos certificados por Human Rights League y con más de 9000 exiliados, no hay libertad, no hay respeto a los derechos humanos, no hay separación e independencia de poderes, porque el poder judicial, el poder legislativo son simplemente apéndices del sistema dictatorial. No hay estado de derecho porque aprueban leyes infames que violan los derechos humanos cada que quieren y no respetan ninguna posibilidad de que exista control, rendición de cuentas, Bolivia se desenvuelve en un ambiente de impunidad general.
El fraude electoral es una característica, sostenido por un padrón electoral adulterado y la postergación permanente de un censo que podría haber ayudado a reducir el millón y medio y fantasmas con el cual «gana las elecciones» la dictadura.
Bolivia vive una dictadura, no es una dictadura autónoma, no es un proceso nacional, es una dictadura satélite del proyecto del castrochavismo, que empieza este siglo con la recuperación que hace Hugo Chávez de la dictadura cubana que agonizaba. Al empezar el siglo había una dictadura, hoy día hay cuatro. El líder de ese sistema dictatorial es Cuba, con su plataforma principal Venezuela y los satélites son Nicaragua y Bolivia. Todo esto es una operación transnacional, una operación de crimen organizado y ha convertido a Bolivia en un narcoestado.
Hay crisis económica en Bolivia y es una crisis económica irreversible, y es una crisis que va a arrastrar a situaciones de pobreza y de miseria al pueblo boliviano, porque la dictadura de Morales – Arce Catacora destroza el sistema de estabilidad boliviano que había sido establecido el año 1985 con la nueva política económica y lo reemplaza por la política económica del castrochavismo, que ha llevado a Cuba a una crisis total. No tienen luz, no tienen comida. Los cubanos están consumiendo apenas el 36% de la proteína que deberían consumir, de acuerdo al último informe del Programa Mundial de alimentos de las Naciones Unidas; ha llevado a Venezuela una crisis humanitaria con 7, millones de personas que escapan de Venezuela y la situación terrible de la economía, donde un maestro gana $15 al mes. Ha llevado a la crisis económica, Nicaragua y, obviamente, a la crisis económica de Bolivia.
Bolivia era hasta el año 2003 el primer país con reservas probadas y exportador de gas en la región, exportaba gas a la Argentina, al Brasil, estaba preparado la exportación a México y Estados Unidos. Bolivia era un país con una minoría boyante.
Pero llega al gobierno el proyecto castrochavista o Socialismo del Siglo XXI y hace desaparecer el elemento esencial que toda economía tiene que tener, que es la libertad de cambio.
Luego instala la subvención de los precios a los combustibles que le cuesta a Bolivia miles de millones de dólares, pero representa para el régimen un gran negocio porque compran combustible diésel, gasolina con gran sobreprecio.
Y posteriormente hicieron desaparecer la libertad de contratación, que es la base del desarrollo, de la competencia y del libre mercado que termina siempre favoreciendo al trabajador. Han convertido a todos o a la mayoría en empleos públicos, con una cantidad de bonos extraordinarios, todo a costa del tesoro general de la nación.
Bolivia hoy en día, tiene un Estado gigantesco, centralista, absolutamente dictatorial que genera corrupción absoluta, falta de rendición de cuentas y quiebra.
Lo que estamos viendo en Bolivia es apenas el inicio de un tremendo monstruo que se llama crisis, que va a terminar con hiper inflación con desaparición del dólar y con un gobierno cada vez más agresivo al estilo de Venezuela, Nicaragua y Cuba, donde avanzan sobre la propiedad privada, avanzan sobre la libertad, avanzan sobre la libre empresa.