22 de agosto del 2022
(DiarioLasAmericas.com) El Papa tiene el triple poder de Pastor de la Iglesia Católica, Sumo Pontífice de la Iglesia y jefe del Estado Vaticano. La fe de millones de católicos hace al Pastor, el poder supremo sobre ordenados y fieles al Pontífice, y es monarca absoluto del Vaticano. El Papa hace política, pues rige asuntos públicos de alcance global, y en ese contexto, su relación, acciones y omisiones con las dictaduras de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, inquiere a “Francisco como el Papa de las dictaduras del socialismo del siglo XXI”.
El Papa como PASTOR es el padre espiritual de los fieles católicos, la máxima autoridad que debe cuidar de la congregación de creyentes. Esta autoridad está fundada en la fe que es “el conjunto de creencias de una religión”, y que en el catolicismo es “la primera de las tres virtudes teologales, asentimiento a la revelación de Dios propuesta por la iglesia”.
Como PONTÍFICE es el Obispo de Roma “el prelado supremo de la Iglesia Católica Romana”, el jefe absoluto de la estructura eclesiástica que comprende a todos los ordenados y la congregación de fieles. Es el “jefe del gobierno eclesiástico general”, de una organización global y privada.
Como JEFE DE ESTADO, es la autoridad máxima del Estado de la Ciudad del Vaticano, “el estado independiente más pequeño del mundo”, nacido con el Tratado de Letrán, firmado entre la Santa Sede e Italia en 1929. Es una “Monarquía Absoluta” y el Papa “como Jefe de Estado y de Gobierno tiene plenos poderes legislativo, ejecutivo y judicial”.
El respeto a la vida, los derechos humanos y las libertades fundamentales son esenciales en los principios y valores de la fe católica, de la Iglesia católica y del Estado Vaticano. Desde el Pontificado del papa Juan XXIII (1958-1963), la Iglesia Católica defiende y predica los contenidos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El papa Francisco en su “intención de oración de abril de 2021” afirmó que “defender los derechos humanos fundamentales necesita coraje y determinación”.
Francisco, el primer Papa latinoamericano, “ha sido reconocido por ser uno de los principales responsables de que se renovaran los lazos diplomáticos entre Estados Unidos y Cuba”. En septiembre de 2018 Francisco “obtuvo el reconocimiento tanto del presidente de Estados Unidos Barack Obama como del dictador de Cuba Raúl Castro, por ayudar a reestablecer las relaciones entre los países vecinos”. Con el título de “visita pastoral” el papa Francisco estuvo en Cuba del 20 al 22 de septiembre de 2015 que “incluyó una visita privada a Fidel Castro”.
Al cumplirse un año de las masivas protestas del 11 de julio de 2021 en Cuba, que siguen siendo reprimidas por medio de terrorismo de Estado por la dictadura, el papa Francisco fue entrevistado en Noticias Univisión 24/7 y sin decir nada sobre la violación institucionalizada de derechos humanos expresó: “Yo quiero mucho al pueblo cubano ….y también lo confieso, con Raúl Castro tengo una relación humana”… “Cuba es un símbolo….”.
En las últimas semanas toda la atención se ha concentrado en el papa Francisco por su absoluto silencio respecto a los hechos criminales de la dictadura de Nicaragua de Daniel Ortega y Rosario Murillo con la expulsión de las Misioneras de la Caridad, persecución, acoso y apresamientos de religiosas y sacerdotes católicos incluyendo confiscaciones de medios de comunicación, intervenciones y destrozo de iglesias y de símbolos católicos como imágenes consagradas de la religión. Todo eso sumado a los cerca de 200 presos políticos, procesos falsificados, torturas y cientos de miles de exiliados.
La dictadura castrochavista de Nicaragua perpetra terrorismo de Estado desde hace años contra los ciudadanos nicaragüenses aplicando la metodología cubana y últimamente se concentra en ordenados, religiosas, sacerdotes y miembros de la curia católica como Monseñor Rolando Álvarez. Ya el año 2019 -en una acción claramente favorable al régimen- el Pontífice sacó de Nicaragua a monseñor Silvio José Báez en un hecho calificado como “exilio forzado”.
Mundialmente criticado por su “vergonzoso silencio”, el Papa ha expresado hoy su “preocupación y dolor por la situación en Nicaragua” pidiendo “un diálogo abierto y sincero” para que “se puedan encontrar la bases para una convivencia respetuosa y pacífica”. Un mensaje de respaldo y encubrimiento a la dictadura a la que no señala sus crímenes infraganti y pone en el nivel político para negociar con sus víctimas. Lamentable papel en el que no hizo referencia a la detención arbitraria del obispo de Matagalpa ejecutada por la dictadura dos días antes.
El silencio y las declaraciones en tono de simples crisis y no de crímenes de lesa humanidad ni de terrorismo de estado respecto a las violaciones de derechos humanos de las dictaduras del socialismo del siglo XXI es constante por parte de Francisco. No califica como dictaduras a Cuba, Venezuela, Bolivia o Nicaragua. Las iglesias en esos países han sido privadas de medios de comunicación y de centros de enseñanza y los religiosos son víctimas permanentes de violación de sus derechos humanos, pero el Papa, el Sumo Pontífice y el jefe de Estado del Vaticano calla o presenta escenarios favorables a los regímenes de oprobio.
¿Pecado de omisión? en el ámbito de la fe y del Pastor. Abandono de los suyos en la protección de la Iglesia como Pontífice. Acciones políticas de protección de las dictaduras como jefe del Estado Vaticano. Es la realidad objetiva de Francisco el Papa de las dictaduras del socialismo del siglo XXI.