(Gaceta.es) María Angélica Correa entrevista a Carlos Sánchez Berzaín, que fue en cinco ocasiones ministro de Estado de la República de Bolivia, una ellas, en la cartera de Defensa durante los gobiernos de Gonzalo Sánchez de Lozada. Acérrimo opositor del castrochavismo y de Evo Morales, entrega en esta entrevista un marco general de las razones por las que Morales regresó al Poder Ejecutivo con la investidura de Luis Arce.
—Pregunta: ¿En qué se fundamenta para afirmar que en Bolivia hubo fraude el pasado octubre?
—Respuesta: El fraude en Bolivia es de dos tipos, el fraude sistémico o en el sistema y el fraude fáctico o en el acto electoral. El fraude en el sistema está representado por la denominada Constitución del Estado Plurinacional, que suplantó la Constitución de la República de Bolivia a partir de febrero del año 2009. Esa constitución hace desaparecer el sufragio universal, porque para que exista sufragio universal tiene que haber igualdad en los ciudadanos y ahí se consagra la desigualdad en el hecho de que, gente que vive en el área rural puede elegir un diputado con 2500 votos, mientras que la gente que vive en el área urbana necesita 250 mil o 300 mil votos para la misma elección.
“[Lo que hizo Áñez] se llama traición y corrupción. Lo que pasa es que en Bolivia salió el dictador, pero no salió la dictadura”
En el hecho de que la Constitución del Estado Plurinacional establece la existencia de diputados que denomina originarios campesinos y que son designados a dedo por el sistema fascista de simple nominación, no por elecciones. Y el número de esos diputados se establece por Ley y, son siete de 130 pero los puede cambiar en cualquier momento. Eso es también una forma de discriminación y desigualdad. Entonces, en base a esa Constitución se hace la Ley Electoral, se crean las Circunscripciones Electorales y se establece un mecanismo con el cual se puede construir mayorías absolutas a partir de minorías relativas. Y esa es la práctica institucionalizada en Bolivia “legalizada” con este tipo de leyes infames que, se practican también en Venezuela, Nicaragua y en la propia Cuba. Es decir, estos son sistemas en los cuales se llama elección al hecho de votar, pero no a elegir. Son dictaduras electoralistas. Eso ha dado lugar en Bolivia por ejemplo a que, en la última elección tengamos un padrón electoral donde hay un millón y medio de votantes que no existen. Está inflado el padrón en un millón y medio. O sea, ese es el fraude sistémico.
El fraude fáctico es el que se produjo en torno a la fecha misma de la elección. Empezó con lo que se denominó, bloqueo de oxígeno, un bloqueo de dos semanas que produjo Evo Morales y su gente en plena pandemia para que, los hospitales y las ciudades no recibieran oxígeno, ni combustible, ni alimentos y a partir de eso fijaron el 18 de octubre como la fecha de las elecciones. En esas elecciones con el fraude sistémico funcionando se producen los siguientes hechos que están demostrados por las diferentes denuncias que se han presentado.
—¿Se vota a través de máquinas?
—El voto es por papeleta que se computa electrónicamente.
—¿El sistema de votación electrónico han intentado implementarlo?
—No se trata de eso. Estamos hablando de poblaciones en las que han votado más habitantes de los que existen.
—Así sucede en Venezuela.
Hay actas en las que el total de votantes son para el partido de la dictadura, para el MAS, hay actas que no tienen nombre ni identificación de los miembros de los jurados, hay actas sin firmas y, finalmente hay un mecanismo donde en la parte electrónica del procesamiento de los votos se carga todo a favor del MAS y le puedes dar un resultado del 55% de ganancia. Ahora, la pregunta que demuestra definitivamente el fraude es cómo es posible que un partido, un gobierno que, en noviembre del año 2019 con el fraude que había cometido tenía 75% de repudio, 11 meses más tarde presenta un resultado electoral con 55% de votos favorables. Lo grave de todo esto es que cuando se hace la denuncia de fraude, cuando la gente pide auditoría, el gobierno y el sistema simplemente lo niega. O sea, que el agravante se llama la negación de justicia electoral que deja al país en estado de indefensión, acelera la fecha de transición de la presidencia y el resultado que tenemos es que han vuelto a poner a un representante de la dictadura en base a un horroroso fraude electoral. Hoy día, el país sigue reclamando la auditoría, sigue reclamando la revisión del padrón electoral falsificado con un millón y medio de votantes fantasmas.
“[Áñez] estableció un sistema de complicidad y de impunidad, nunca enjuició seriamente a ninguno de los prófugos”
—Pero me llama la atención que transcurrió un año con una presidencia interina, entonces, ¿cómo se puede hablar de fraude en Bolivia cuando en el Gobierno no estaba Evo Morales?
—Se llama traición y corrupción. Lo que pasa es que en Bolivia salió el dictador, pero no salió la dictadura. La presidente interina tenía que haber cesado el estado dictatorial, reconocer la vigencia de la República de Bolivia y cambiar esas leyes. En vez de hacer eso se quedó con las leyes porque, a partir de la Constitución del Estado Plurinacional, se presentó como candidata; con la constitución de la República no hubiera podido ser candidata. Después sobrevino la pandemia del coronavirus, la mega corrupción de esta señora y su Gobierno y el resultado es que nunca se modificó el sistema dictatorial. Y esto tiene que ser un gran ejemplo para el resto de los países de las Américas. Cuando sale el dictador tienes que cesar la dictadura.
—Así es.
—Esto equivale a que en la segunda guerra mundial cuando los aliados ocuparon Alemania y Hitler se suicidó, terminó el dictador. Lo que entonces hicieron los aliados fue procesar a los criminales de guerra, inhabilitar el partido Nazi y llevar adelante un proceso de democratización. Acá lo que han hecho es mantener intacto al partido, la estructura y los criminales que ahora han retomado el poder.
—Esto me remite al caso venezolano. Cuando se planteó la formación de un gobierno de emergencia nacional con participación de ambos sectores. Y entiendo que esto fue apoyado por la Administración Trump.
Claro. Es que, manteniendo su sistema, ganan todas las elecciones. No tienes manera de ganar una elección ni en Venezuela, Nicaragua, Cuba ni en Bolivia, si ellos mantienen su constitución, sus leyes, su padrón electoral y todas sus autoridades.
—¿La presidente interina Jeanine Áñez nunca ordenó revisar el padrón electoral?
—No quiso. Se le pidió y siempre se negó. Además, estableció un sistema de complicidad y de impunidad, nunca enjuició seriamente a ninguno de los prófugos, libró salvoconductos para todo el mundo, nunca Evo Morales estuvo en captura por la Interpol, le mintieron al pueblo boliviano y ahora ella está en su casa normal y seguramente cumpliendo un pacto de impunidad con la dictadura a la que ha ayudado a regresar.
“Ha habido la colusión, una alta traición entre la dictadura que regresaba para tomar el Poder Ejecutivo […] y los ‘opositores funcionales’ que son otro factor que no se puede ignorar en estos regímenes”
—¿Y los observadores internacionales, la OEA?
—Para entender lo que es la observación internacional de la OEA hay que leer el reglamento de observación electoral. Lo único que hacen es ir a mirar, no tienen posibilidad de hablar sobre las normas, de revisar el padrón electoral, de trabajar las denuncias del fraude sistémico, y en el tema del fraude fáctico se van por la superficie y lo que han hecho es una rápida certificación de que las elecciones fueron limpias cuando eso no es verdad. Ahí yo creo que la OEA está en deuda con Bolivia.
—Pero más allá de la OEA pareciera que la responsabilidad del regreso de Evo Morales está en los políticos.
—Además, ha habido la colusión, una alta traición entre la dictadura que regresaba para tomar el Poder Ejecutivo —porque el resto del poder siempre lo tuvo— y los “opositores funcionales” que son otro factor que no se puede ignorar en estos regímenes. La gente que va en la oposición no va a tomar el poder, no va a ganar la elección, va a hacerle el juego a la dictadura y eso es lo que han hecho Carlos Mesa, Luis Fernando Camacho, Quiroga… lo que ha hecho la misma Jeanine Añez que se ha lanzado como candidata, ha impedido la unidad de la denominada oposición y después se ha retirado a destiempo facilitando el retorno de la dictadura. Esto es una novela de terror.
—¿Carlos Mesa y el expresidente Tuto Quiroga?
—Absolutamente, mira su actitud. Mesa y Quiroga no estarían de candidatos si Evo Morales no les hubiera firmado el año 2019 o el 2018 una amnistía. Y Evo Morales no sería candidato si Mesa no le hubiera firmado dos amnistías en 2003. O sea, amnistía con amnistía se paga en Bolivia y esto es un sistema funcional. Quiroga es el político que teniendo mayoría en el Senado en el año 2008-2009 le entrega la Constitución a Evo Morales y permite la suplantación de la República de Bolivia por el Estado Plurinacional. Y Mesa es el vocero de Evo Morales ante La Haya en el famoso juicio de Bolivia contra el mar que termina perdiendo. Trabajan juntos todo el tiempo. Tú tienes que buscar la foto de Bolivia en el juicio de La Haya donde está Evo Morales, Tuto Quiroga, Carlos Mesa y Eduardo Rodríguez Veltzé.
“Luis Arce es el títere de Evo Morales, es el suplente del dictador”
—¿Y qué pasó con la OEA cuando señaló que no estaban claros los resultados de octubre de 2019?
—La OEA tiene varios sombreros. Primero, Luis Almagro avaló a Evo Morales en el año 2019 diciendo que él sí tenía el derecho humano de ser candidato, o sea, respaldó la reciprocidad de la decisión prevaricante del Tribunal Constitucional de la dictadura de que Evo Morales podía ser candidato indefinidamente porque ese es su derecho humano. Después, cuando se produce el fraude de octubre 2019, la OEA certifica el fraude porque no le quedaba más, es un fraude que se cometió in fraganti y en cámaras, no se podía negar, y así como también lo certificó la Unión Europea. Pero, después cuando empieza el proceso de retorno de la dictadura, Almagro declara que Morales se fue en el 2019 porque se asustó porque él -Almagro- le había pedido que no se fuera. Y en esta elección del 2020 lo que hace la OEA es aplicar su sistema de apariencia de observación electoral.
Y además este año la dictadura controló a los medios de comunicación, suprimió 24 horas antes de la elección el conteo rápido y proclamaron fraudulentamente un triunfo que no existe.
—¿Entonces el año pasado la dictadura no controló a los medios de comunicación? ¿Se confiaron?
—El año pasado había una movilización nacional generada por la indignación de varias cosas. El país estaba indignado porque Evo incendió la Amazonía, el país estaba indignado porque Evo volvió a perder el mar, el país estaba indignado porque Evo Morales se elegía por enésima vez. Ahora, después de la pandemia, con un gobierno que tuvo que ser de transición pero que fue un itinerante que se sumió en la complicidad y la corrupción con la dictadura. Evo no era el candidato y se generaron condiciones para volver a controlar los medios de comunicación. En Bolivia hay medios de comunicación que inclusive le pertenecen al castrochavismo.
—¿Cómo define al nuevo presidente de Bolivia?
—Luis Arce es el títere de Evo Morales, es el suplente del dictador. Luis Arce ha sido el ministro de Economía durante el período de la dictadura y debería de estar respondiendo ante la justicia por la corrupción y los crímenes económicos que han cometido.
“La inacción de las Fuerzas Armadas permitió que el pueblo en resistencia civil triunfara y Evo Morales renunciara”
—¿Cómo fue la gestión de Luis Arce como ministro de economía?
—Él mantuvo los parámetros que ellos mismos llaman neoliberales, pero es un ministro del corte castrochavista. Es centralista, estatista, ha multiplicado la deuda externa de Bolivia por varias decenas de veces, y ha perdido el gran momento del boom de los commodities y hoy día Bolivia es un país endeudado, un país en crisis económica, es un narco estado cuya economía informal depende básicamente del narcotráfico. Lo que hará Arce es recibir la crisis que ha creado y la va a tratar de manejar con más centralismo, con más estatismo, con más populismo y con la simulación de mantener buena relación con los organismos internacionales, el FMI, el BM, el BID… Pero Bolivia es un país en una crisis económica, una pobreza y una desigualdad mucho más grande que la que existía en el año 2005.
—¿Cómo son las inversiones españolas en Bolivia?
—No es precisamente un país importante para las inversiones. Las inversiones más importantes son las de los castrochavistas que lavan su dinero allá. Se menciona a Carlos Gil como uno de los empresarios más importantes. Hay inversiones rusas, inversiones iraníes en tema de estratégicos como el litio y Rusia dice que está construyendo una planta nuclear en el Alto de la Paz. El resto de las inversiones son inversiones golondrinas, inversiones de alto riesgo porque no tienen seguridad jurídica. Han quebrado el tema del gas, Bolivia el año 2003 era la potencia gasífera del cono sur, hoy día no tiene gas para exportar ni siquiera a los contratos que existían con Argentina y Brasil. Han bajado los volúmenes porque han destrozado el sistema de producción gasífero.
—¿El alto mando militar boliviano dio la puntilla para que saliera del poder Evo Morales el año pasado?
—No, el año pasado el alto mando militar lo único que hizo fue no acatar la orden que dio Morales para masacrar a la Policía porque la Policía había rechazado la orden para masacrar al pueblo. Entonces, la inacción de las Fuerzas Armadas permitió que el pueblo en resistencia civil triunfara y Evo Morales renunciara. Fuerzas Armadas y Policía es un tema que hay que ver qué hace el castrochavismo con las instituciones que aún son republicanas.
—Hugo Chávez secuestró a las Fuerzas Armadas ¿Morales no ha podido en todos estos años?
—Controla los mandos, pero no controla, por razón de tiempos, la doctrina de los oficiales. El cambio de doctrina en Venezuela se empieza a producir en el año 2000. En 20 años ya tienen cinco grados de oficiales y la cúpula la controlan por corrupción. En Bolivia el cambio se produce diez años más tarde. Por eso, aunque tienen penetración en las Fuerzas Armadas, todavía hay resistencia tanto de la policía como de las Fuerzas Armadas.
—¿Morales ha metido en el narcotráfico a los militares?
—Hay narcotráfico en Bolivia. El narcoestado está manejando por el poder político, el MAS, su Federación de Cocaleros y creo que en este momento, institucionalmente, la Policía y las Fuerzas Armadas están fuera de esa sospecha.
—Para finalizar, ¿Qué permitió que Evo Morales se fuera el año pasado?
—La resistencia civil del pueblo boliviano y la neutralización de los mandos de la Policía y las Fuerzas Armadas. Pero solo fue neutralización, porque no hicieron nada contra Evo Morales.