En Nicaragua se prueba que sacar al dictador no basta, hay que terminar con la dictadura.

Cuando sale el dictador es vital terminar con la dictadura como sistema. Esto es retornar a la República y al orden institucional previo a las falsificaciones del castrochavismo, no aceptar la impunidad del dictador y su grupo delictivo, identificar a los “opositores funcionales” con las consecuencias pertinentes, inhabilitar el instrumento político de la dictadura que es el medio criminal, restaurar la división e independencia de poderes y el “estado de derecho”, rehacer el sistema y padrón electoral y restaurar el “sufragio universal” para garantizar elecciones libres y justas.