(erbol.com.bo) Lee la carta original que mandó Gonzalo Sánchez de Lozada al periódico Financial Times.
Siempre he confiado en el diario Financial Times, pero su artículo sobre Bolivia «Los límites de la Evonomía” publicado el 9 de octubre, ha sacudido mi confianza. Sin embargo, me limitaré a lo que me preocupa como ex presidente democráticamente elegido de Bolivia en dos ocasiones.
Durante mi primer gobierno convencimos al Congreso de modificar en la Constitución el límite presidencial de dos periodos, pero con una reelección no consecutiva. Evo cambió ilegalmente la Constitución y luego perdió un referéndum donde la mayoría de los bolivianos votaron en contra de su reelección. Luego hizo que un Tribunal Constitucional sumiso declare su propia Constitución inconstitucional. Debe ser la primera vez en la historia que un Tribunal Constitucional declara que la Constitución es inconstitucional
Carlos Mesa fue mi vicepresidente durante mi segundo mandato y aprovechó los conflictos sociales provocados por el Sr. Morales y sus aliados para forzar mi renuncia. Se convirtió en presidente, pero aquellos que intentan montar al tigre terminan en su estómago: pronto Morales lo obligó a renunciar a la presidencia. No estoy luchando contra la extradición, los tribunales estadounidenses desestimaron las acusaciones de ejecuciones extrajudiciales y violaciones de los derechos humanos. Nunca me acusaron de corrupción porque entré en la política boliviana como empresario minero hecho a sí mismo y lo dejé como un político fracasado.
Algunas de las políticas aprobadas durante mi gestión de gobierno prepararon a Bolivia para recibir las abundantes ganancias de las exportaciones de los últimos años y proporcionaron una base para el auge económico a pesar de la corrupción y el derroche arrogante de fondos públicos durante las administraciones de Morales. Las reformas implementadas durante mi administración permitieron el descubrimiento y desarrollo de reservas minerales y de gas natural y se construyeron ductos a Brasil y Argentina. Políticas que permitieron que se impulsen medidas sociales que hasta hoy siguen vigentes, como una renta vitalicia para los ancianos, el seguro materno infantil, la participación popular, el establecimiento de Territorios Indígenas y la creación de áreas protegidas, entre otros.
Me sorprende que el Financial Times ni siquiera mencione que la base de poder de Evo Morales es la producción de coca ilegal. En el momento en que asumió la presidencia, declaró al embajador estadounidense como persona non grata y puso fin a la presencia de la DEA en Bolivia. Las exportaciones de cocaína bajo Evo se convirtieron en una industria artesanal y ayudaron a lograr las estadísticas brillantes utilizadas en el artículo.
Gonzalo Sánchez de Lozada
Washington, DC, EE. UU.
Ex presidente de Bolivia, 1993-97 y 2002-03