(Infobae.com) La agresión que se produce contra el pueblo y el Estado de Ecuador no es una cuestión de política interna, se trata de un ataque transnacional perpetrado por el más peligroso grupo de delincuencia organizada que detenta el poder político en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y que oprimió por diez años a Ecuador con el dictador Rafael Correa. El “castrochavismo” se ensaña con Ecuador porque necesita revertir el retorno a la libertad y la democracia que amenaza su impunidad. Ahora es Ecuador está bajo ataque del terrorismo castrochavista, pero la cuestión es ¿quién sigue?
Castrochavismo es “el sistema de crimen organizado transnacional que usurpa el poder político en Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, que debe ser tratado como una estructura de delincuencia organizada y no como un proceso político. La gravedad, recurrencia, reincidencia e impunidad de los crímenes que cometen los Castro/Díaz Canel, Maduro, Morales, Ortega/Murillo y los integrantes de sus regímenes, sumada a la estructura transnacional que han desarrollado, ha reducido a estado de indefensión a los pueblos oprimidos y representa la amenaza mas grave para la paz y seguridad de las Américas”.
Este concepto contenido en el libro “Castrochavismo, crimen organizado en las Américas” se está validando con los hechos que se perpetran en Ecuador, donde con pretexto de rechazar la supresión de subvenciones al diesel y la gasolina, con pantalla de movilización indígena, se ejecuta un plan de acciones terroristas para derrocar al Presidente Lenin Moreno con el propósito -confesado por Rafael Correa- de volver al poder.
Los viajes de Correa a Venezuela y Cuba, sus declaraciones y actividad en redes sociales, son evidencia plena de que los hechos criminales que acaecen en Ecuador estaban preparados y solo aguardaban un pretexto o detonante que fue dado con el decreto sobre los subsidios de carburantes. El carácter transnacional de la agresión fue confesado desde Venezuela por Diosdado Cabello, quien reconoció la intervención castrochavista en los procesos de desestabilización de Ecuador, Perú, Colombia y otros países, con el criminal sofisma de “brisista bolivariana”. Los hechos demuestran las acciones de extranjeros en Ecuador.
Estamos presenciando un contraataque del castrochavismo para sostener sus dictaduras en Venezuela, Cuba, Nicaragua y Bolivia. Se trata de trasladar la atención de la crisis humanitaria de Venezuela, del nuevo periodo especial de Cuba, de las masacres de Nicaragua y del fraude en narco estado electoralista de Bolivia, a toda la región. El contraataque consiste en desestabilizar las democracias.
Desde hace 60 años la dictadura de Cuba, siempre ha promovido y ejecutado violencia, desestabilización, guerrilla, amenazas, terrorismo, corrupción, narcotráfico y todo tipo de delitos para mantener ocupados creándoles problemas propios a los países a los que considera enemigos, a los que busca neutralizar o someter. Esta vieja pero exitosa estrategia fue usada en circunstancias muy parecidas a las que hoy vive Ecuador derrocando al gobierno democrático de Bolivia en octubre de 2003.
La crisis desatada en Ecuador por el terrorismo castrochavista tiene condiciones para durar unas semanas más, pero ya está derrotada porque es un ataque externo y ha despertado la indignación del pueblo. Objetivamente el Presidente Lenin Moreno culminará su mandato porque esto es ahora un imperativo nacional. Los líderes y partidos de oposición, actuando por el interés nacional y con gran inteligencia política, están respaldando la estabilidad del presidente y del gobierno, porque saben que si Lenin cae, lo hace sobre ellos. Se reconoce el merito de Moreno de restaurar la democracia en Ecuador y el precio que paga en la indisimulada saña y venganza del correismo castrochavista.
Los asaltos a la Contraloría del Estado y dependencias donde cursa la prueba de los crímenes de Rafael Correa y su grupo delictivo, además de nuevos delitos que implican al propio Correa, son la pública demostración del temor a la perdida de impunidad con consiguientes condenas, que con justicia independiente no tardarán. El rol de la prensa libre de Ecuador, una de las principales victimas de la dictadura de Correa, es vital y ponderable en circunstancias en las que se amenaza no solo la estabilidad sino también la integridad de su país.
Con sangre, sudor y lágrimas, Ecuador derrotará el ataque del castrochavismo y el gobierno podrá salir fortalecido, pero el grupo de crimen organizado que amenaza a las democracias de las Américas seguirá con agresión, violencia y delincuencia. ¿Hasta cuándo? Y ¿quién sigue?