(Infobae.com) La dictadura de Cuba sabe que está identificada como el centro de la delincuencia organizada transnacional dueña del poder político en Venezuela, Nicaragua y Bolivia. Sabe que la dictadura en Venezuela está perdida. Sabe que la próxima batalla por la libertad y la democracia será en Cuba porque que Venezuela es su última trinchera externa. Cuba controla los elementos que aún mantienen solo por la fuerza a su dictador en Venezuela y todo indica que ha tomado la decisión de sostener la posición estratégica hasta inmolar a Nicolás Maduro.
Venezuela tiene nuevo gobierno legítimo y legal con Juan Guaidó legalmente juramentado como Presidente Transitorio con un apoyo cerca del 90% de su pueblo, con el reconocimiento de la mayoría de los países del mundo, con nuevos embajadores aceptados en los países receptores, con el control creciente de los flujos económicos del petróleo venezolano, con el respaldo de los Estados Unidos y la mayoría de los países de las Américas, de la Organización de Estados Americanos, del Parlamento Europeo y sobretodo con la razón de su parte.
En estas condiciones cualquier gobierno o líder político ya habría negociado o estaría negociando una salida, pero Nicolás Maduro el dictador castro-chavista de Venezuela NO lo hace porque sus decisiones nada tienen que ver con los intereses del pueblo venezolano. Maduro responde a los intereses de la dictadura castrista de Cuba a la que debe el poder y por la que está controlado y dirigido desde siempre. La permanencia extrema de la dictadura en Venezuela está determinada por un poder extranjero que se llama Cuba.
Además de la pérdida de ingresos económicos vitales para su sobrevivencia, al perder el control de Venezuela la dictadura cubana esta perdiendo:
1.- El centro de influencia internacional mas importante que le ha permitido expansión en organismos internacionales como la ONU;
2.- El centro de contacto y soporte mas importante en su vinculación con el terrorismo de origen islámico y mundial;
3.- El eje oficial mas importante de narcotráfico que ha construido y opera con la cocaína de las FARC de Colombia y los sindicatos cocaleros de Evo Morales de Bolivia;
4.- El centro de protección, logística y entrenamiento para fuerzas criminales como las FARC, el ELN y otras que amenazan a Colombia, Ecuador y otros países;
5.- El punto geopolítico donde hasta ahora concentra el mayor número de fuerzas cubanas en el exterior; y mucho mas que los entendidos pueden agregar.
En el análisis castrista, una retirada pactada del dictador Maduro otorgaría una victoria rápida y relativamente fácil a los Estados Unidos y a sus enemigos declarados del Grupo de Lima y del Parlamento Europeo, agravando y acelerando las crisis que ya están en curso en las dictaduras de Nicaragua, Bolivia y en la propia Cuba donde se ven muestras de creciente reacción ciudadana. Por eso dilatar y resistir a toda costa en Venezuela es su estrategia.
Resistencia y permanencia del dictador a toda costa es el modelo con el que el castrismo se mantiene en el poder desde hace 60 años y su resultado es el mejor aval para convencer a su operador en Venezuela. No hay razón para cambiar ahora, mas si Maduro ha tomado y se mantiene en el poder prácticamente desde la muerte de Hugo Chávez con este sistema radicalizado, en el que no hay costo político que no estén dispuestos a asumir. Se trata de la aplicación despiadada de los más extremos mecanismos criminales, apresamientos indebidos, tortura, crímenes, sobornos, extorsiones, exilio, crisis humanitaria, asesinato de reputaciones, control de prensa, noticias falsas, prácticamente todo.
Cuanto más dilatada sea la permanencia forzada del dictador Maduro, el castrismo espera tener más posibilidades de que sus cómplices internacionales (porque proteger al crimen es complicidad) logren la apertura de un «diálogo», o manipulen unas «elecciones» o promuevan una «acción humanitaria» manteniendo a Maduro, o algo para «distender» y luego volver a engañar. Ganar tiempo es objetivo y los medios son simplemente todos, incluidas las amenazas y la desestabilización de los gobiernos democráticos que respaldan a Guaidó.
Cuando finalmente sea retirado el dictador de Venezuela, en la lógica castrista vale mas llegar a ese punto con Nicolás Maduro inmolado porque están necesitando un relato de «víctima del imperialismo», que además les serviría para frenar o dilatar por un tiempo la batalla por la libertad y la democracia en Cuba por medio de la propaganda internacional.