No hay duda que la OEA ha cambiado con el Secretario General Luis Almagro, respecto a los 10 años de su predecesor José Miguel Insulza, cuya gestión pasó a la historia como de “subordinación de los principios y valores de las OEA al poder político del proyecto dictatorial de Hugo Chávez y su expansión en las Américas”.
Si la gestión Insulza hubiera cumplido mínimamente los principios, valores y mandatos de la Carta de Bogotá, Carta Democrática Interamericana, Convención Interamericana de Derechos Humanos y tratados vigentes, nunca hubieran llegado las crisis de Venezuela, Cuba y Nicaragua, no se hubiera producido la liquidación de las democracias en Ecuador y Bolivia, ni el uso de la política por el grupo de delincuencia organizada transnacional en esos países y en Brasil de Lula y Rousseff, Argentina de los Kirchner y más.
Fue en la gestión Insulza que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la estructura de funcionarios de la OEA fue deliberadamente llenada de operadores que responden a la acción política antidemocrática de Chávez y Castro. Estos aún permanecen, son el frente interno con que la necesidad de cambio y de retorno a los objetivos de la OEA sigue chocando.
En la misma gestión Insulza, la OEA fue partícipe, coautora y/o cómplice por acción y por omisión, del establecimiento del “sistema electoralista de votar y no elegir” con el que el castro-chavismo simuló democracia cuando en verdad instalaba y afirmaba las “dictaduras del siglo XXI en las Américas”.
Misiones de observación electoral de la OEA de Insulza aprobaron todos los fraudes electorales de Venezuela con Chávez y Maduro, de Nicaragua con Ortega, de Bolivia con Morales, de Ecuador con Correa. El 2008 Insulza impuso “Un Manual para las Misiones de Observación Electoral de la OEA” que es un mecanismo con formularios para el día de las elecciones, que limita a los observadores a sujetarse a componentes meramente formales de lo que llama “concepto de elecciones democráticas” y que define que “las elecciones se consideran democráticas cuando cumplen con cuatro condiciones básicas…….inclusivas, limpias y competitivas, y constituyen el medio de acceso a los altos cargos públicos”.
El mismo reglamento –desconociendo los elementos esenciales de la democracia de la Carta Democrática Interamericana (CDI)- expresa que “otra forma de esclarecer lo que son elecciones democráticas es indicar lo que no incluye esta definición”, textualmente: “en primer lugar esta definición no incluye una gama de aspectos relacionados con el proceso electoral tales como el abstencionismo, la obligatoriedad del voto, la delimitación de distritos de votación, la fórmula electoral utilizada para traducir la cantidad de votos a puestos parlamentarios, y la presencia de cámaras territoriales… En segundo lugar, excluye aspectos tales como la independencia de las autoridades electorales y la confianza que demuestran los distintos actores en el proceso y los resultados electorales…. En tercer lugar no abarca una multitud de temas que son comúnmente identificados como los desafíos de la gobernabilidad democrática. Esta definición no cubre lo que sucede después de haberse completado un proceso electoral…”!!??
El Secretario Almagro lucha por la democracia en las Américas y avanza. Su papel con la dictadura Venezuela es ejemplar, su denuncia a la dictadura de Cuba cierto y valiente, su acción respecto a la dictadura de Nicaragua importante, su liderazgo esencial y fortificante para una OEA que recibió agonizante. Por eso Almagro paga el precio con una extensa campaña de “asesinato de su reputación” como su expulsión del Frente Amplio de Uruguay.
En este contexto, los observadores de la OEA en Bolivia están bajo observación. Se espera un informe que reconozca que en Bolivia se violan los derechos humanos de los electores, que las primarias no son limpias, ni inclusivas, menos competitivas, ni justas ni libres. Que un manual no puede estar por encima de los elementos esenciales de la democracia de la CDI. Hay confianza en Almagro cuyo rol en Bolivia no puede ser diferente que en Venezuela, Cuba y Nicaragua.
*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy