(Infobae.com) A 60 años de dictadura en Cuba, es extremo e impune el efecto criminal que el régimen castrista causa. La masacre y sometimiento de su pueblo, fusilamientos, presos, millones de exiliados, desestabilización, invasiones, guerrillas urbanas y rurales, terrorismo, narcotráfico, asesinatos, torturas, trata de personas, asesinato de reputaciones, conspiraciones, operaciones contra la paz y seguridad internacionales. No hay delito común, político y de lesa humanidad que Fidel Castro y los miembros de su régimen no hayan cometido y cometan. Mientras Cuba sea una dictadura, los pueblos, los gobiernos y los países de las Américas estarán en peligro.
La dictadura de Cuba es el régimen de facto que tomó La Habana el 1 de enero de 1959, sostenido por la fuerza y la violencia concentró todo el poder en Fidel Castro, quien lo ejerció hasta el 31 de julio de 2006 cuando impedido por motivos de salud y de vejez lo traspasó a su hermano Raúl Castro. El 18 de abril de 2018 el régimen ha iniciado una maniobra de transición dictatorial designando como «presidente» a Miguel Díaz-Canel y poniendo en marcha una reforma de su constitución dictatorial. Hoy controla las dictaduras de Venezuela, Nicaragua y Bolivia.
Como expresión de su peligrosidad, el 31 de enero de 1962 Cuba fue expulsada de la Organización de Estados Americanos (OEA) porque su presencia era «incompatible el sistema interamericano. El 3 de junio de 2009 a iniciativa de Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Honduras la OEA dejó sin efecto la expulsión, pero Cuba no ha reingresado.
En 1961 la dictadura cubana dio origen al ELN de Nicaragua luego convertido en Frente Sandinista de Liberación Nacional, al Movimiento Revolucionario 13 de Noviembre y las FAR en Guatemala; en 1962 a las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional FALN en Venezuela; en Colombia autodefensas convertidas en el bloque sur y luego transformadas en las FARC; en Perú el ELN y el MIR; en Bolivia el ELN; los Tupamaros en Uruguay como guerrilla urbana; en Argentina los Montoneros y en los 70 el ERP; el MR8 en Brasil, y muchos más, el castrismo no dejó prácticamente un país sin ensangrentar con las guerrillas.
El 15 de octubre de 1962 inició la «crisis de los misiles» por el descubrimiento de Estados Unidos del establecimiento de bases de misiles nucleares de alcance medio de la Unión Soviética en territorio de Cuba. La dictadura cubana en este conflicto llevaba al mundo a una guerra nuclear que fue evitada con el acuerdo del líder Soviético Jruschov (a espaldas de Fidel Castro) con el Presidente Kennedy. La historia demuestra que el dictador Castro y su régimen alentaron la agresión nuclear. El Che Guevara escribió que era «el ejemplo escalofriante de un pueblo que está dispuesto a inmolarse atómicamente para que sus cenizas sirvan de cimiento a sociedades nuevas».
En las décadas de los 70, 80 convirtieron las guerrillas en terrorismo vinculado a crímenes de narcotráfico, secuestro y extorsión, con las FARC de Colombia como el caso mas notable. Su implicación en narcotráfico está documentada incluyendo la relación con Pablo Escobar. Ante la desaparición de la Unión Soviética y la caída del muro de Berlín organizaron el Foro de San Pablo y Hugo Chávez los salvó de consumirse en el «periodo especial» en 1999 dando origen a lo que hoy es el «castrochavismo» con el que repiten y multiplican sus crímenes en Venezuela, Nicaragua y Bolivia y amenazan a toda la región.
El 7 de diciembre de 2018 la OEA ha celebrado la Conferencia sobre Derechos Humanos en Cuba, en la que el Secretario Almagro ha declarado con acierto que «mientras Cuba sea una dictadura, persiguiendo, asesinando, torturando, silenciando a su gente, y enseñando a otros a perseguir, asesinar, torturar y silenciar, no podremos tener un Hemisferio completamente desprovisto de malas practicas que afectan la libertad, la democracia y la paz». Los líderes de las Américas saben que es así, pero muchos callan.
La dictadura de Cuba es la mayor amenaza para las Américas empezando por Estados Unidos su principal enemigo. Hoy maniobra con la presencia de Rusia, China e Irán en la región, con el terrorismo islámico, con el narcotráfico, con la presión migratoria, con la desestabilización de gobiernos democráticos, con violación a los derechos humanos, con presos políticos, torturas, exiliados y con todo tipo de crímenes. Nunca dejaron de delinquir y hoy lo hacen directamente y por medio de sus operadores los dictadores Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Evo Morales.
*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy