(Infobae.com) Como asilado político en EEUU y Director del Instituto Interamericano por la Democracia, Carlos Sánchez Berzaín ha logrado convertirse en uno de los máximos representantes del exilio boliviano en suelo norteamericano.
En su último libro titulado «Bolivia: La Patria está Cautiva» y presentado anoche en la ciudad de Coral Gables ante un auditorio lleno, Sánchez Berzaín analiza el fenómeno que llevó a la suplantación de la República de Bolivia por un narcoestado que sigue el modelo castrochavista y que ha conducido a la nación a la peor de sus crisis, siguiendo el oscuro camino allanado por Cuba, Venezuela y Nicaragua.
En el evento que contó con la participación de figuras de la talla de la Dra. Beatrice Rangel, el Embajador Armando Valladares y el periodista Carlos A. Montaner, Sánchez Berzaín enumeró las distintas variables que llevaron a la cautividad de su país natal.
«La corrupción, el narcoestado, el entreguismo, la ocupación de mi país por cubanos y venezolanos y una apertura de vendepatria para que chinos y otros ocupen el país» detalló el experto en asuntos Latinoamericanos.
El abogado constitucionalista, además de Master en Ciencia Política y Sociología, se refirió a «los crímenes del gobierno de Evo Morales, cometidos en sus trece años de régimen con más de veinte masacres documentadas con muertos y heridos» los cuales, según cifras de la ACNUR, han llevado a que más de 1.200 exiliados políticos bolivianos hoy vivan en países como Paraguay, Brasil, España, Perú, EEUU y Argentina.
«También hay presos políticos en Bolivia, existen casi una centena de ciudadanos, civiles y militares, apresados por la manipulación de la justicia» destacó el politólogo. «Estos regímenes hacen del sistema de justicia el instrumento de presión política para perseguir neutralizar y someter al adversario político».
«La República de Bolivia ya no existe, lo que han hecho es simplemente liquidarla. Esto empieza el 17 de octubre de 2003 cuando derrocan al presidente Sánchez de Lozada y lo obligan a renunciar.» explicó ante el auditorio, Sánchez Berzaín.
«Toman el modelo castrochavista con una constitución que puede ser comparada con la venezolana y con las reformas constitucionales que se establecen en Ecuador y Nicaragua, bajo el concepto de que la constitución es un instrumento para hacer revolución» recalcó.
«Desaparecen la república para imponer un estado que es simplemente una organización política que pueden manipular a su antojo y que está hecha para servir al dictador y perpetuarse indefinidamente en el poder para imponer su voluntad por encima de cualquier norma» agregó.
«Bolivia es un narcoestado como Venezuela, Nicaragua y Cuba. Los sindicatos cocaleros de Evo Morales producen coca y cocaína que es traficada y controlada a través del eje en que ha constituido Venezuela y que administra a su vez la cocaína que mandan las FARC de Colombia».
Sánchez Berzaín destacó que por la crisis social y política que vive su país la gente ha comenzado a salir a las calles y se están organizando, más allá de los partidos políticos, en plataformas y grupos ciudadanos para decirle a Evo Morales que no sea candidato.
«Los datos de la economía boliviana que presenta Evo Morales son falsificados y de dibujo libre, no hay ningún órgano económico independientemente, por lo que está empezando a explotarle el escándalo en la mano» explicó el escritor, haciendo referencia al supuesto milagro económico que citan los allegados al régimen.
«Bolivia tiene una deuda externa indeterminada y una deuda interna mucho más grande de la que tampoco se conoce el valor porque el estado ha consumido todas las reservas. Bolivia se ha vuelto un país importador donde la producción agrícola ha quedado prácticamente en cero».
En este escenario, el pensador recalca que no pueden existir elecciones en dictadura. «El dictador es dueño del estado, del público, de la pelota, los árbitros y parte del equipo contrario. Además es dueño del tablero porque puede arreglar los resultados».
Por último, el abogado destacó la importancia de que los bolivianos busquen estructurar un proceso de unidad nacional para recuperar la democracia, frenar al dictador y llevar adelante un proceso de reinstitucionalización.
«Para poder disputar el poder y que no haya simulación, primero se debe recuperar la democracia» concluyó Sánchez Berzaín.