Reelección indefinida es dictadura
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MIAMI.- Con el control del poder ejecutivo, de la Asamblea Nacional, del poder judicial y de la Corte Constitucional de Ecuador, sin libertad de prensa, sometiendo la opinión pública, o sea ejerciendo la dictadura descrita y demostrada por el expresidente Hurtado, ahora Correa está institucionalizando el mecanismo final de la dictadura: la perpetuidad en el poder
ECUADOR | 11 de Noviembre de 2014
Con el control del poder ejecutivo, de la Asamblea Nacional, del poder judicial y de la Corte Constitucional de Ecuador, sin libertad de prensa, sometiendo la opinión pública, o sea ejerciendo la dictadura descrita y demostrada por el expresidente Hurtado, ahora Correa está institucionalizando el mecanismo final de la dictadura: la perpetuidad en el poder
MIAMI.- La Asamblea Nacional de Ecuador pondrá en vigencia por vía de enmienda constitucional la reelección indefinida del presidente de ese país. Se trata de un proceso impulsado y digitado por su beneficiario Rafael Correa, quien luego de negar reiteradamente esta posibilidad e incluso calificarla de “absurda”, la implementa usando el control total del poder. Instituir la reelección indefinida quita toda duda sobre la naturaleza del gobernante ecuatoriano y su propósito. Se trata de la señal definitiva de la dictadura del socialismo del siglo XXI en Ecuador.
La calificación de “dictadura del siglo XXI” que el año 2012 le dio el académico y expresidente de Ecuador, Dr. Osvaldo Hurtado, al régimen presidido por Rafael Correa, se funda en el estudio de la realidad ecuatoriana en torno al imperio de la ley, la división del poder, la independencia de la justicia, las libertades y garantías, la transparencia, el pluralismo político, la alternancia en el Gobierno y las elecciones libres. Lo que el Dr. Hurtado demostró es que ninguno de los principios en que se sustenta la democracia existen en el Gobierno de Correa, quien controla la totalidad del poder.
Para evitar la consulta popular sobre la reelección indefinida, el régimen ecuatoriano utilizó el poder que controla. El instrumento fue la Corte Constitucional, tribunal que autorizó -en el feriado de difuntos- a la Asamblea Nacional, de mayoría oficialista, “enmendar” la Constitución ecuatoriana para agregarle por esta vía la reelección indefinida. Se otorgaron facultades constituyentes al legislativo ordinario y se garantizó la aprobación de la reelección indefinida en manos de los asambleístas del Gobierno.
Con el control del poder ejecutivo, de la Asamblea Nacional, del poder judicial y de la Corte Constitucional de Ecuador, sin libertad de prensa, sometiendo la opinión pública, o sea ejerciendo la dictadura descrita y demostrada por el expresidente Hurtado, ahora Correa está institucionalizando el mecanismo final de la dictadura: la perpetuidad en el poder.
Se trata de una medida para perfeccionar la “falsa legalidad” con la que se han estado disfrazando de democracia los regímenes que no cumplen con ninguno de los elementos esenciales de la Carta Democrática Interamericana. Es la aplicación en Ecuador de un proyecto transnacional no democrático, que hoy goza aún de la tolerancia y/o indiferencia de las democracias de la región y del mundo.
Rafael Correa negó siempre la intención de introducir la reelección indefinida. Así lo hizo Hugo Chávez en Venezuela para luego perpetuarse en el poder hasta su muerte. Así procedía hasta su tercera e ilegal elección Evo Morales en Bolivia, quien muy pronto la introducirá y la hará aprobar, seguramente con una maniobra similar a la que ahora sufre Ecuador. Lo mismo ha hecho Daniel Ortega en Nicaragua. Todos los jefes de los gobiernos del socialismo del siglo XXI están asegurando el poder a perpetuidad.
Se ha denunciado reiteradamente que se trataría de un diseño de suplantación constitucional introducido por Hugo Chávez en su alianza con la dictadura cubana, contratando algunos profesores de la Universidad de Valencia, que han instituido doctorados de Derecho Constitucional en universidades de Cuba, que han “inspirado” las constituciones del socialismo del siglo XXI para Venezuela, Bolivia, Ecuador y reformas en Nicaragua, buscando legitimar las dictaduras.
Desde la independencia de Ecuador su constitucionalismo ha sido no reeleccionista. No autorizaba la reelección del presidente sino pasado un período. Este principio ya fue modificado por el mismo régimen actual para autorizar la reelección inmediata por una sola vez en la Constitución de 2008 a favor de Correa. Además acompañaron la introducción de la reelección con una disposición transitoria, por la que la primera reelección de Correa (2009) no debía tomarse en cuenta. Esto muestra la característica de “proceso” que tiene la institucionalización de la dictadura.
La “reelección indefinida es dictadura” y lo sabe el mismo beneficiario que ha descrito la naturaleza de su régimen y la inexistencia de democracia en Ecuador. La prensa registra la declaración de Rafael Correa de noviembre de 2007 en la que afirmó: “es un absurdo la reelección indefinida, pues la democracia implica alternancia”.