Bolivia es un país intervenido por cubanos y venezolanos

Sánchez Berzaín en la redacción de DIARIO LAS AMÉRICAS. (YENDER HERNÁNDEZ

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SERGIO OTÁLORA/ DLA

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Al parecer La Dictadura del Siglo XXI en Bolivia, es un libro que no ha sido de buen recibo en ese país, a juzgar por lo que dice su autor, Carlos Sánchez Berzaín: “Evo Morales le ha dado mucha importancia al libro, ha confiscado un lote de 200 ejemplares, que llegaron para ser distribuidos en los ambientes académicos. Espero que se haya leído uno de los textos confiscados por su policía política. Ahora, está circulando el libro, pero es prohibido y no se puede vender en las librerías”.

Carlos Sánchez Berzaín fue ministro de Defensa durante el fugaz gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, entre el 2002 y 2003. Un periodo de intensas protestas indígenas y campesinas en Bolivia, que llevaron a la renuncia del mandatario quien desde ese entonces vive en Estados Unidos, al igual que Berzaín a quien el gobierno norteamericano le concedió asilo político en 2008. También los dos ex altos funcionarios afrontan demandas internacionales por supuestas violaciones a los derechos humanos, en las protestas ocurridas en su país en el mes de octubre de 2003, durante las cuales al parecer murieron por lo menos 64 personas.

La tesis principal que expone Berzaín en su libro es que los países del llamado socialismo del siglo XXI son dictaduras de nuevo cuño, a pesar de su origen democrático. Bajo su óptica, el exministro considera que “dictadura es también un gobierno que llega por elecciones y después rompe el ordenamiento jurídico, desaparece los elementos esenciales de la democracia”.

A manera de síntesis, el exministro caracteriza el momento político de Ecuador, Venezuela, Bolivia y Nicaragua como “un proyecto de expansión castrista, neocomunista y absolutamente antidemocrático”.

En entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS, Berzaín fue enfático en afirmar que “yo no me canso de acusar a Evo Morales de traidor a la patria, porque en Bolivia, de acuerdo con nuestras leyes, e incluso con la propia constitución de Evo, comete traición a la patria el ciudadano o autoridad que permite que un país o potencia extranjera controle o domine en el país, eso es Castro, Cuba y Venezuela. Bolivia es un país intervenido”.

Hay un pecado original en todos estos países que es la elección del gobernante que luego se convierte en dictador. El fenómeno en Venezuela parece más explicable: Chávez tenía gran atractivo, igual que Correa. ¿Pero cómo se explica la llegada de Morales al poder, que tiene otro perfil en lo político y en lo personal?

– Los primeros años del siglo XXI son de crisis económica en toda América Latina, y ésta (Chávez ya había llegado al poder y tenía la gran chequera del petróleo) produce países como Bolivia y Ecuador; el crecimiento del descontento de los pueblos es lo que aprovechan para generar una dinámica de confrontación, inclusive de violencia. Evo Morales intenta dar sucesivos golpes de Estado, con el auspicio cubano y venezolano, hasta que finalmente culmina en octubre de 2003, con el derrocamiento del presidente Sánchez de Lozada, que Evo Morales se atribuye.

-¿Cree que a estas alturas del juego hay alguna posibilidad de cambiar a Evo Morales por la vía de las elecciones democráticas?

– No, porque hay un control absoluto del poder y una de sus expresiones es el control del órgano electoral. Ortega y Gasset decía que la democracia depende de un mísero detalle técnico: el procedimiento electoral. Se han apoderado de él: en mi país quienes manejan el proceso de identificación, que antes era una dependencia de la policía nacional, es un fondo de ayuda cubano. Y cuando tú le manejas la identificación personal a un individuo, éste puede existir o no, o pueden existir más bolivianos de los que hay en realidad. En el tema electoral, controlan las circunscripciones electorales. Si hay una población que es demasiado anti Evo, la fraccionan, la acoplan a otro lugar más o menos despoblado, trasladan poblaciones.

¿Cómo explica el tema del ejército, que sin pasar tantas generaciones, se le da la vuelta a un ejército que era de ideología conservadora como el de Banzer, para que esté callado, tranquilo, y admitiendo cualquier tipo de exceso, tropelía o abuso; es cuestión de que está muy agradecido?

– Lo que logramos los bolivianos en 20 años de trabajo fue hacer un ejército democrático. Los militares saben que cuando llegan al grado de generales, el poder político, entre los mejores de cada promoción, escoge los mandos respetando el orden jerárquico y el ascenso. Evo Morales liquida todo lo que era el orden regular en el ascenso, asciende prácticamente a coroneles para ponerlos en los grados de generales y los subordina por el favor político que les ha hecho.

Lo que están tratando de hacer es un cambio de doctrina y han creado la escuela militar del ALBA, que está en Santa Cruz, y han puesto en marcha un proceso de formación de ejércitos con ideología castrista, con tecnología cubana, para que «se rebelen contra el imperialismo norteamericano».