2014: Más de lo mismo?

2014: ¿Más de lo mismo?

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Carlos Sánchez Berzain
CARLOS SÁNCHEZ BERZAIN
    CARLOS SÁNCHEZ BERZAÍN/COLUMNISTAvie ene 3 2014 18:20

El 2014 comienza con el triste aniversario de 55 años de dictadura castrista en Cuba, con una crisis económica, social y política cada vez más grave, contagiada y extendida a Venezuela, su principal aliado y financiador.

En Ecuador, sometida la justicia, avasallada la libertad de prensa y amenazadas las organizaciones de la sociedad civil, les toca a las Fuerzas Armadas.

En Bolivia, Morales buscará la re-reelección para continuar simulando democracia con el control absoluto del poder.

En Nicaragua Ortega buscará finalizar el golpe de Estado modificando la Constitución para buscar su re-reelección.

El panorama en las dictaduras del siglo XXI para el año que comienza es más control de la prensa, mas crisis, mas violación de los derechos humanos, mas concentración del poder, mas leyes para aparentar legalidad, mas elecciones para llamarles democracia, mas persecución, más miedo, “más de lo mismo” que ha llevado y que mantiene a estos regímenes no democráticos en el poder.

Sin embargo, este “más de lo mismo” de la agenda de las dictaduras tiene problemas.

En Cuba se está produciendo un verdadero proceso de liberación por medio de la revolución comunicacional y tecnológica, que permite afirmar que el pueblo cubano ya no está aislado del mundo que conoce en tiempo real lo que es y hace el castrismo, quien ha perdido ante la opinión pública mundial toda posibilidad de legitimación.

El fracaso es tan evidente que no sería de extrañar que este sea el año de la perestroika castrista. Está en crecimiento una sociedad civil cubana fundada en la observación de los principios y valores del mundo libre y su contención es imposible.

En Venezuela Maduro solo puede agravar la crisis económica y ampliar los alcances de las crisis social y política. No tiene más recursos que el atropello, el abuso, la exacerbación de la confrontación entre venezolanos, el atentado cada vez más frontal contra la propiedad privada, la militarización del régimen y la profundización de su modelo estatista, centralista y totalitario.

La dictadura venezolana, como la cubana, no tienen ni solución ni futuro, solo se trata de cuánto daño puede hacer el Gobierno a su pueblo para mantenerse un tiempo más en el poder.

Ecuador tendrá elecciones municipales en las que Correa ha preparado todo para mostrar un resultado similar al de Venezuela. El avasallamiento de la libertad de prensa ya está consolidado y el control avanza a las organizaciones de la sociedad civil. Después de la metida de mano en la justicia ahora le toca a las Fuerzas Armadas y Correa ha iniciado la aplicación del mismo plan de desinstitucionalización y subordinación política ya ejecutado en Venezuela y Bolivia.

No obstante, las voces de denuncia y repudio nacional e internacional se sostienen y multiplican.

Ha sido el ex presidente Osvaldo Hurtado, exponiendo el caso de Ecuador, el pionero en denunciar como “dictaduras del siglo XXI” a estos Gobiernos.

En Bolivia el fraude electoral para la reelección de Morales ya comenzó el año pasado cuando el tribunal constitucional lo habilitó como candidato. La simulación de democracia seguirá su curso buscando prorrogar indefinidamente en el poder al líder cocalero. El Gobierno de Morales depende en grado extremo de lo que pase en Cuba y Venezuela, pero además el incremento de los cultivos de coca ilegal, la sombra del narcoestado, la falta de inversión, la subvención de carburantes, el desmedido del gasto público y la corrupción, entre otros, lo encaminan a una crisis en la que hoy nadie quiere pensar, pero de la que ningún análisis serio puede dudar.

Ortega en Nicaragua seguirá intentando tener una constitución que le permita reelegirse indefinidamente.

Sin embargo, como lo ha advertido la propia Iglesia Católica nicaragüense, la situación puede llevar nuevamente al país a la violencia por la impotencia frente a la manipulación de la “legalidad oficialista”.

Los Gobiernos no democráticos están en evidencia y deben ser señalados por la opinión pública que conoce su naturaleza y mecanismos.

Esto sumado a la natural resistencia de los pueblos a la opresión, al desgaste del modelo del socialismo del siglo XXI, al éxito de los países democráticos y sus avances sustanciales frente a los fracasos de los regímenes dictatoriales, a los permanentes atropellos, corrupción y mal Gobierno de estos últimos, constituyen una indicación alentadora de que el 2014 podría no ser más de lo mismo.