Bolivia’s Descent Into Rogue State Status

Mary Anastasia O’Grady
The Wall Street Journal
Published on October 27th, 2013

 

The country is a hub for organized crime and a safe haven for terrorists.

In the years after a brutal 10-year Soviet occupation, Afghanistan became a petri dish in which a culture of organized crime, radical politics and religious fundamentalism festered-and where Osama bin Laden set up operations.

Now something similar may be happening in Bolivia. The government is an advocate for coca growers. The Iranian presence is increasing. And reports from the ground suggest that African extremists are joining the fray.

Bolivian President Evo Morales, who is also the elected president of the coca producers’ confederation, and Vice President Alvaro García Linera, formerly of the Maoist Tupac Katari Guerrilla Army, began building their repressive narco-state when they took office in 2006.

Step one was creating a culture of fear. Scores of intellectuals, technocrats and former government officials were harassed. Many fled.

Seventy-five-year-old José Maria Bakovic, a former World Bank infrastructure specialist, was targeted but refused to yield. As president of the highway commission from 2001-06, he had developed a bidding system for road construction to reduce corruption. This stymied Mr. Morales. Bakovic was twice imprisoned and appeared in court more than 250 times for alleged administrative crimes, according to people familiar with his case. Nothing was ever proven.

In early October, prosecutors summoned Bakovic to La Paz for another grilling. Cardiologists said the high altitude would kill him. The government overrode their objections, effectively issuing a death warrant. He went to La Paz on Oct. 11, had a heart attack and died the next day in Cochabamba.

With the opposition cowed, President Morales has turned Bolivia into an international hub of organized crime and a safe haven for terrorists. The U.S. Drug Enforcement Agency has been expelled. United Nations data show that cocaine production is up in Bolivia since 2006 and unconfirmed reports say that Mexican, Russian and Colombian toughs are showing up to get a piece of the action. So are militants looking to raise cash and operate in the Western Hemisphere.

The Tehran connection is no secret. Iran is a nonvoting member of the «Bolivarian Alliance of the Americas» ( ALBA ). Its voting members are Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua and Venezuela.

In testimony before the House Committee on Homeland Security in July, global security specialist Joseph Humire described Iran’s interest in ALBA: «Iran understood that the wave of authoritarian populism known as ’21st Century Socialism’ that was sweeping through the region offered the Islamic Republic a permissive environment to carry out its global agenda against the West.» Bolivia is fertile ground.

Iran may have put up some or all of the money to build a new ALBA military training facility outside of Santa Cruz. According to Mr. Humire, the Iranian Embassy in La Paz is «reported to contain at least 145 registered Iranian officials.» There is also Bolivian support for radical Islamic converts like the Argentine Santiago Paz Bullrich, a disciple of Iranian cleric Mohsen Rabbani and the co-founder of the first Shia Islamic association in La Paz.

Iran may be using its Bolivian network to smuggle strategic minerals like tantalum (used to coat missiles), Mr. Humire told Congress. It may even be smuggling people. Unconfirmed but credible reports describe high officials ordering the issuance of I.D. cards and passports to numerous young, fit «turks»-a slang term in South America for Middle Easterners. One witness told a Bolivian source of mine (who asked to remain anonymous for reasons of safety) that the foreigners were Iranians but not diplomats.

In late September, according to the Bolivian daily La Razón, Bolivia’s prospective consul to Lebanon was detained by Bolivian officials for allegedly trying to smuggle 392 kilos of cocaine to Ghana.

Thanks to steady cocaine demand, the Bolivian economy is awash in cash. Africa lies on the major transit route for European-bound cocaine. That may explain the increased sightings of Somalis, Ethiopians and South Africans in Santa Cruz, an unlikely place for African migration. In April, the partially burned body of a mutilated black man was found near the Brazilian border, suggesting a drug deal gone bad. An unusual marking was carved on the victim’s right thigh, as if villains wanted to be sure to get credit for the brutality.

Within days the Spanish daily ABC reported on a Spaniard, also tortured with a carving on his leg, found in the same area. I learned from a source who did not want to be identified that the victim allegedly told police that the black man who had died was his friend and was African. According to my source, a witness said the dying man also murmured the words «al-Shabaab,» the name of the Somali terrorist group.

One Bolivian I know claims that at Mr. Morales’s 2006 inauguration he saw Mohamed Abdelaziz, secretary general of the separatist Polisario Front, which has carried on a long conflict with Morocco.

North Africa is becoming a hotbed of violence. There are rumors of insurgent and terrorist alliances. If Mr. Abdelaziz was indeed in La Paz, it raises further questions about Bolivia’s foreign policy.

¿Será Bolivia el próximo Afganistán?

El país andino es un centro para el crimen organizado y un refugio para los terroristas

En los años transcurridos después de una brutal ocupación soviética que duró 10 años, Afganistán se transformó en un caldo de cultivo en el que se incubó una cultura del crimen organizado, la radicalización de la política y el fundamentalismo religioso, un lugar propicio para que Osama bin Laden instalara sus operaciones.

Ahora, algo parecido podría estar ocurriendo en Bolivia. El gobierno es un defensor de los cocaleros, Irán aumenta su presencia en el país y los informes que llegan desde el terreno insinúan que también están llegando extremistas africanos.

El presidente boliviano, Evo Morales, que también preside la confederación de productores de coca, y el vicepresidente Álvaro García Linera, un ex militante del Ejército Guerrillero Túpac Katari,

empezaron a construir un narco-Estado represivo cuando llegaron al poder en 2006.

El primer paso fue la creación de una cultura del temor. Numerosos grupos de intelectuales, tecnócratas y ex funcionarios del gobierno fueron hostigados y muchos huyeron.

José María Bakovic, de 75 años y un ex especialista en infraestructura del Banco Mundial, fue uno de los atacados, pero se negó a dar su brazo a torcer. Como presidente de la comisión de carreteras, desarrolló entre 2001 y 2006 un sistema de subastas diseñado para reducir la corrupción en la construcción de rutas. El sistema se interponía en el camino de Morales. Bakovic fue encarcelado en dos ocasiones y tuvo que comparecer ante los tribunales más de 250 veces, acusado de delitos administrativos, según fuentes cercanas al caso. Nunca se probó nada.

Los fiscales convocaron a Bakovic a una reunión en La Paz a inicios de octubre para un nuevo interrogatorio. Los cardiólogos advirtieron que la altitud acabaría con su vida. El gobierno pasó por alto sus objeciones, con lo que emitió el equivalente a una sentencia de muerte. Bakovic se trasladó a La Paz el 11 de octubre, sufrió un ataque al corazón y falleció en Cochabamba el día siguiente.

Con la oposición acorralada, Morales ha convertido a Bolivia en un centro internacional del crimen organizado y en un refugio para los terroristas. La Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) fue expulsada. Información de la Organización de Naciones Unidas muestra que la producción de cocaína está en alza en Bolivia desde 2006 y hay informes no confirmados de que delincuentes mexicanos, rusos y colombianos han viajado al país para tratar de obtener una parte del pastel. Lo mismo ocurre con los militantes que quieren recaudar fondos y operar en el Hemisferio Occidental.

La conexión con Teherán no es ningún secreto. Irán es un miembro sin derecho a voto de la Alianza Bolivariana de las Américas, ALBA. Los miembros con derecho a voto son Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela.

En su testimonio ante el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, presentado en julio, el especialista en temas de seguridad global Joseph Humire describió el interés de Irán en ALBA de la siguiente manera: «Irán comprendió que la ola de populismo autoritario conocida como ‘Socialismo del Siglo XXI’ que se estaba expandiendo por la región le otorgaba a la República Islámica un entorno permisivo para llevar a cabo su agenda global contra Occidente». Bolivia es tierra fértil.

Irán podría haber financiado total o parcialmente la construcción de una nueva instalación de entrenamiento militar de ALBA en las afueras de Santa Cruz. Según Humire, ha trascendido que la embajada de Irán en La Paz «alberga al menos a 145 funcionarios iraníes registrados». A ello habría que sumar el respaldo bolivariano a los convertidos al radicalismo islámico como el argentino Santiago Paz Bullrich, un discípulo del clérigo iraní Mohsen Rabbani y el cofundador de la primera asociación islámica Shia en La Paz.

Irán podría estar utilizando su red boliviana para contrabandear minerales estratégicos como el tantalio (que se usa en el revestimiento de misiles), indicó Humire al Congreso estadounidense. Hasta podría haber contrabando de personas. Informaciones no confirmadas pero de fuentes fidedignas describen a altos funcionarios ordenando la emisión de documentos de identidad y pasaportes para numerosos jóvenes «turcos», un coloquialismo sudamericano para referirse a las personas que provienen de Medio Oriente. Un testigo le dijo a una de mis fuentes en Bolivia (que pidió permanecer en el anonimato por motivos de seguridad personal) que los extranjeros eran iraníes, pero no eran diplomáticos.

El diario boliviano La Razón informó que el posible cónsul boliviano en Líbano fue detenido por las autoridades bolivianas por presuntamente tratar de pasar de contrabando 392 kilos de cocaína a Ghana.

Gracias a una demanda estable de cocaína, el dinero en efectivo abunda en la economía boliviana. África es parte de una de las principales rutas de transporte por donde se mueve la cocaína con destino a Europa. Eso podría explicar la presencia de somalíes, etíopes y sudafricanos que se han visto en Santa Cruz, que no es un destino común para la emigración africana. En abril, fue hallado el cuerpo parcialmente quemado y mutilado de un hombre negro cerca de la frontera con Brasil, lo que podría sugerir un negocio de drogas que salió mal.

La víctima tenía una marca inusual en su muslo derecho, como si los villanos quisieran enviar un mensaje y ser reconocidos por su brutalidad.

Pocos días después, el periódico español ABC divulgó el caso de un español que también fue torturado con una inscripción en su pierna y que fue encontrado en la misma zona. Una fuente que no quiso ser identificada me informó que la víctima le habría dicho supuestamente a la policía que el hombre negro que fue hallado muerto era su amigo y era africano. Según mi fuente, un testigo indicó que al momento de morir el hombre murmuró las palabras «al-Shabaab,» el nombre de un grupo terrorista somalí.

Un boliviano que conozco señala haber visto en la ceremonia de juramentación de Morales en 2006 a Mohamed Abdelaziz, el secretario general del grupo separatista Frente Polisario, que lleva adelante una larga lucha en Marruecos.

África del Norte se está convirtiendo en un semillero de la violencia. Circulan rumores de alianzas entre insurgentes y terroristas. Si Abdelaziz estuvo realmente en La Paz, surgen nuevos interrogantes acerca de la política exterior de Bolivia.