Carlos Sanchez Berzain
Vie Oct 25,2013
Los Gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, que se han instituido como dictaduras y que ejercen el poder como tales, plantean el difícil desafío de cómo recuperar la democracia en esos países. La situación es muy adversa en un escenario en el que cada uno de los dictadores de estos países, ha creado su propia legalidad destinada a permanecer indefinidamente en el poder, a liquidar a la oposición y a ejercer el control total de las instituciones.
Sin embargo, la historia demuestra que las dictaduras no son eternas, aunque los dictadores pelean criminalmente por sostenerse indefinidamente en el poder, terminan por ser derrotados. Creo que ha llegado el tiempo de que todos los defensores de la libertad y la democracia aportemos ideas para recuperar la democracia en nuestros países.
Siguiendo la iniciativa del expresidente de Ecuador Dr. Osvaldo Hurtado debemos “llamar a estos Gobiernos por su nombre”. Los Gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua no son democracias, son dictaduras, entonces cuando nos refiramos a los gobernantes Maduro, Morales, Correa y Ortega, hagámoslo con el título que les corresponde: el dictador Maduro, el dictador Morales, el dictador Correa y el dictador Ortega.
No es posible que en el hemisferio y en el mundo, se siga reconociendo y tratando como a presidentes democráticos a gobernantes que han logrado que en sus países no se cumpla ni uno solo de los elementos esenciales de la democracia, establecidos en la Carta Democrática Interamericana. No se respetan los derechos humanos ni las libertades fundamentales, no ejercen el poder con sujeción al estado de derecho, las elecciones que celebran no son libres, no toleran un régimen plural de partidos y organizaciones políticas, y no tienen separación e independencia de los poderes públicos.
Si todos los latinoamericanos dentro y fuera de nuestros países, los amigos de la democracia en las Américas y en el mundo, desde nuestra actividad diaria, en el trabajo, en la prensa, en los comentarios, en las reuniones sociales, le decimos a la gente que Venezuela, que Ecuador, que Bolivia y que Nicaragua, o que uno de estos países (el nuestro o el que nos interese), es una dictadura y que su presidente es un dictador, promoveremos un debate que los dictadores no quieren. Con esta acción, no pasará mucho tiempo antes de que estos países –seguramente Venezuela será el primero- sean objeto de mayor atención, que constate y certifique su condición de dictadura. Con la denominación que les corresponde, dictaduras, habremos dado el primer paso y podremos avanzar para despertar la solidaridad de las democracias del mundo.
*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy