Por Carlos Sánchez Berzain
Si falta alguna demostración de que el proyecto del socialismo del siglo XXI o ALBA conformado por Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, es un proyecto absolutamente dictatorial y antidemocrático, hay que revisar lo que ellos mismos han denominado la “Escuela de Defensa y Seguridad del ALBA”, una institución creada por decisión de los dictadores del siglo XXI reunidos en la denominada “Cumbre del ALBA de Cochabamba” el 17 de octubre de 2009.
Castro, Chávez, Correa, Morales y Ortega decidieron esta escuela -bajo la fachada de una academia de defensa- “como respuesta a la influencia militar extranjera y para desarrollar una doctrina propia”. Establecieron como objetivo “fortalecer el proceso de integración de los países del ALBA mediante la formación de personal civil y militar con orientación anticolonialista, antiimperialista y anticapitalista”. En un acta firmada en Santa Cruz (Bolivia) ajustaron los objetivos declarando que son: “desarrollar sistemas de defensa y estrategias integrales frente a amenazas comunes” y “proveer el desarrollo de las fuerzas armadas para contar con capacidad disuasiva real frente a las amenazas externas”. Enunciaron también que será “una escuela de altos estudios militares para oficiales de ocho países: Cuba, Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Honduras (la de Zelaya), Antigua y Barbuda, Dominica, San Vicente y las Granadinas”.
Para este fin construyeron instalaciones de 5.500 metros cuadrados en la localidad de Santa Rosita de Paquío de la Provincia Warnes, a 22 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz, en una zona considerada geopolíticamente estratégica tanto por su ubicación geográfica como por el control poblacional que se ejerce desde ella. A la inauguración de las obras terminadas el 31 de mayo de 2011 asistió el Ministro de Defensa de Irán Ahmad Vahidi (con orden de captura internacional por su participación en los actos terroristas contra la Mutual Judía de la AMIA en Buenos Aires en 1994) quien fue personalmente recibido y atendido por Evo Morales (están fotografiados juntos en el acto oficial). Esto generó el rápido viaje del iraní, sin que Morales ni su Gobierno presten atención alguna a la captura internacional. La explicación no oficial de la injerencia iraní fue la de algún aporte económico para la construcción, como si el bolsillo profundo de Chávez en ese momento hubiera necesitado tal apoyo.
El 25 de julio de 2013, en el marco del denominado “I Seminario Internacional de Seguridad y Defensa” presidido por Evo Morales en Santa Cruz, los altos mandos militares de Bolivia, Nicaragua, Cuba, Ecuador y Venezuela, como miembros del ALBA, suscribieron el “acta para impulsar la escuela de formación ideológico-militar”, con la “finalidad de establecer y viabilizar el presupuesto de funcionamiento de la escuela, establecer una estructura organizativa, necesidad de personal, de asesores, docente y cursantes”. Se designó comandante de esta escuela al coronel Hernán Fuentes. Evo Morales expresó por sí y a nombre de los presidentes del ALBA, que “tenemos la obligación de cambiar la doctrina de nuestras fuerzas armadas, queremos unas fuerzas armadas formadas ideológicamente, políticamente, programáticamente…”. Esto –incluso bajo las leyes de las dictaduras del ALBA- son cuanto menos delitos de “traición a la patria” y “sometimiento a poder extranjero”.
Mientras esto sucede, estos mismos violadores de la ley y la soberanía, persiguen, enjuician y encarcelan como presos políticos a militares del altos mandos que defendieron la democracia y su institución en el pasado, como el caso de los generales Claros, Veliz, Rocabado, Aranda y ahora Antezana, Justiniano y otros.
Lo peligroso para todo el hemisferio es que en nuestra región, se han subordinado a las fuerzas armadas de por lo menos cinco países a un proyecto político dictatorial, se ha puesto en marcha un mecanismo de entrenamiento para civiles y militares para adoctrinamiento anticolonial, antiimperialista y anticapitalista, al parecer con estrecha participación del terrorismo internacional, y se está impulsando una severa amenaza tanto para los pueblos de las Américas como para los estados democráticos. Mientras tanto la Organización de Estados Americanos y la Organización de Naciones Unidas guardan silencio, olvidando que además de la defensa y preservación de la democracia (ya liquidadas en estos países) su objetivo principal es el “mantenimiento de la paz y seguridad internacionales”, obviamente amenazadas.
El autor es abogado y politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy