Diario de Las Americas| 2 de Julio del 2009
Carlos Sánchez Berzain
La denominada crisis política de Honduras no puede verse como un hecho aislado ya que esta situación es solo un síntoma de un problema mayor que afecta a la democracia en America Latina, donde hoy hay países que ya no son democráticos por mas que tengan elecciones muy frecuentes.
El actual problema hondureño, tiene origen en la decisión política, pública y manifiesta del presidente Manuel Zelaya de violar la Constitución Política de su país para prorrogarse en el mandato presidencial por la vía de una reforma que permita la reelección. Sin embargo, esta decisión política no es propia de Zelaya, sino que como esta evidenciado, forma parte de la agenda del proyecto autoritario dirigido desde La Habana y Caracas.
No es posible entender la actual crisis de Honduras sin hacer un análisis de la realidad de America Latina y constatar que es el acuerdo entre Fidel Castro y Hugo Chávez el que ha puesto en marcha en nuestro hemisferio un plan de alineamiento de países. Utilizan las elecciones como procedimiento, se apoderan del poder y destruyen paulatinamente toda la institucionalidad para consolidar gobiernos autoritarios que lindan con lo dictatorial como ya ha sucedido en Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador.
El mecanismo de la reforma constitucional mediante referéndums, la aprobación de textos constitucionales con concentración de poder en el presidente y sobre todo la reelección, son elementos fundamentales de este grupo político que se conoce como “socialismo del siglo XXI”, “Alba”, “populismo” o “neocomunismo”. Es en realidad la recreación del sueño castrista del foquismo de los años sesenta encarado por la vía electoral con la técnica y aparato político y de inteligencia cubano y el dinero venezolano.
El procedimiento de búsqueda del poder total destrozando la democracia es ya un molde, un modelo aplicado exitosamente en Venezuela, Bolivia y Ecuador donde hoy no hay democracia y donde los ciudadanos deben sufrir persecuciones, amenazas, violaciones a sus derechos fundamentales y muerte. Son estos países que hoy están llenos de asesores cubanos que han instaurado una nueva forma de colonialismo e intervención. Es en esos estados donde se ha criminalizado la oposición, se persigue y se encarcela a los opositores y de donde va en aumento un exilio político incompatible con la democracia.
Siendo este el camino que sin duda empezó a recorrer Honduras de la mano de la pretendida reelección, la situación que se ha planteado no puede ser analizada solamente a la luz del cliché del “golpe de estado”, sin duda censurable y repudiable. Menos se puede reconocer el rol de defensores de la democracia a quienes no la respetan ni la practican como son Castro, Chávez y sus acólitos presidentes de los países intervenidos. Es necesario ver el conjunto y no prestarse a la satanización de los hondureños que con un pésimo mecanismo salieron en defensa de su libertad y de la vigencia de su Constitución.
La situación que se ha planteado muestra que la crisis no es de Honduras, la crisis es de America Latina y es una crisis de democracia. Honduras no es la única democracia en riesgo. Ya han caído las de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Está hoy bajo acoso de la misma organización cubano-venezolana, la democracia del Perú.
Observar la realidad objetiva, no perder de vista la historia de los últimos años en America Latina, reparar en la acción política de Cuba y Venezuela, y ver el avance del autoritarismo neo-comunista disfrazado de socialismo del siglo XXI o de movimiento bolivariano -como proceso político internacionalizado- nos ayudarán a entender que Honduras es solo un síntoma y una víctima de la crisis que ya es tiempo de encarar: La crisis de la democracia latinoamericana.
*Abogado, ex ministro, parlamentario y político boliviano en el exilio