Diario de Las Americas| 29 de Abril del 2013
Carlos Sánchez Berzain*
Lo que Venezuela vive en estos días luego de la elección presidencial del 14 de abril, es solo el previsible resultado de las elecciones que se realizan en países sin democracia. Es la situación para la que quienes concibieron el denominado proyecto del socialismo del siglo XXI, se prepararon: mantenerse en el poder usando el sistema de fraude institucionalizado para “ganar” indefinidamente elecciones y simular democracia.
El fallecido Hugo Chávez asociado con la dictadura castrista y los actuales gobernantes de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Argentina, en el desarrollo de su proyecto que denominaron Alba o socialismo del siglo XXI, se empeñaron en convencer a sus ciudadanos y al mundo de que las elecciones son en si mismas la democracia.
El proyecto chavista en América Latina llevó adelante la sustitución de las constituciones políticas del estado en cada uno de los países que controla con el principal objetivo de perpetuarse en el poder. Para eso hicieron de las constituciones prácticamente leyes ordinarias fácilmente reformables y manipulables, y pusieron en marcha el apoderamiento y subordinación total de la instituciones democráticas. Terminaron con la división de poderes, concentraron la autoridad total en el ejecutivo, sometieron instituciones encargadas de mantener el equilibrio de poder. Controlaron el Poder Judicial, al que convirtieron en un mecanismo de represión y persecución política, acabaron con cualquier forma de frenos y balances, se pusieron por encima de la ley y terminaron con el estado de derecho.
En ese camino, organizaron de acuerdo a sus intereses el órgano o poder electoral y lo diseñaron para que dando la apariencia de transparencia, sirviera para producir resultados electorales favorables al régimen. Designaron personal obsecuente, se adueñaron del árbitro, organizándolo e implementándolo según su conveniencia, de donde la actitud actual del poder electoral venezolano no es sino parte del proceso para el que el gobierno venezolano se preparó cuando destruyó la democracia
La Carta Democrática Interamericana en su artículo 3 establece los elementos esenciales de la democracia: “el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos”.
Ninguno de esos elementos existe hoy en Venezuela ni en los países del socialismo del siglo XXI porque no son democracias. Son estados donde las elecciones son solo la farsa organizada para mantener la apariencia de democracia.
Venezuela es hoy el caso por el que la comunidad internacional debe dejar la simulación de reconocer como democracias a estados y gobiernos que hace mucho tiempo dejaron de serlo. Es tiempo de trabajar por el retorno a la democracia en esos países como sucedió en la década de los setenta cuando gobernaban dictaduras militares. Se trata ahora de recuperar la democracia de las manos de dictaduras civiles como la venezolana.
*Abogado y politólogo boliviano. Ha sido Ministro de Estado y Parlamentario.